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Mario Vargas Llosa, flamante Premio Nobel de Literatura 2010
Rolando Gabrielli
12/10/20010


Hace más de medio siglo que se viene afirmando que la novela está muerta, el tiempo que Mario Vargas Llosa escribe novela. A pesar de estos pronósticos pesimistas, los escritores siguen escribiendo novela y no se ha encontrado una mejor manera para ficcionar la realidad o reinventarla, contar historias paralelas, hacer vivir un mundo de aventuras al lector, aún en el siglo digital, mediático, endiosado por la imagen y el espectáculo.

La Academia Sueca, con su innegable poder fáctico del premio global y su extraordinario manejo del suspenso, nos ha dicho una vez más que la novela existe y esta vez es latinoamericana, se escribe en español y sus personajes viven en un subconsciente apedreado por la historia y con una imaginación a prueba del mejor de los sueños posibles.

Mario Vargas Llosa, un discípulo de esta realidad, notable narrador, hombre conservador, del establecimiento, que a sus 74 años había recibido todos los premios posibles como los doctor honoris causa existentes, obtuvo el 7 de octubre del 2010, el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca se las arregló este año para ser lo suficientemente críptica con el contenido de su decisión, porque concedió el premio a la obra del peruano: ‘Por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota’. Un diseñador de mapas, mundos literarios, que además se refiere a las revueltas, quizás revoluciones y la derrota, porque toda literatura puede llegar a ser una victoria pírrica en la conciencia humana.

Anuncio desde la Academia de los premios Nobel Vargas Llosa leyendo un periódico donde se anuncia su Nobel de Literatura, octubre de 2010 Vargas Llosa en Nueva York, octubre de 2010

Vargas Llosa y la Academia Sueca nos han sorprendido, cada uno a su manera, con el anuncio del Nobel y la primera entrevista del flamante ganador, autor de ‘Conversación en la Catedral’, ‘La ciudad y los perros’, ‘Los cachorros’, ‘Los Jefes’, ‘La Casa verde’, ‘La fiesta del chivo’ y una serie de notables ensayos sobre Falubert, Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti, José María Arguedas. Dijo, en su primera y extensa entrevista en Nueva York, donde reside y trabaja como profesor invitado en Princeton, Nueva Jersey, que ya se había olvidado del lauro, él que estuvo, agregamos, por mucho más de una década en el congelador de la antesala, el más gélido de los lugares para un escritor de su talla, ambicioso y sin límites, en el justo nivel de las palabras. La tenacidad del futuro Hijo Ilustre de Arequipa, la Ciudad Blanca, donde nació ya se piensa levantar una estatua en vida.

Vargas LLosa, es proverbial, basta con ver su vasta obra y su vocación frente a la página en blanco que comienza a las 5 de la mañana de cada día, como si estuviera escribiendo la última palabra de su vida. Por ello, no hace recomendaciones explícitas a un principiante de escritor, como le preguntaron en la conferencia de Nueva York, sino que le dice que asuma la condición de este oficio ancho y generoso. Vargas Llosa es un ejemplo de un arquitecto que ha trazado, diseñado, su propio destino como editor, tal y como elabora sus novelas.

La cuidad y los perros, 1962 Vargas Llosa, La casa Verde, 1966 Vargas Llosa, Los cachorros, 1967 Conversación en la Catedral, 1969 Vargas Llosa, Pantaleon y los visitadores, 1973 Vargas Llosa, La tía Julia y el visitador, 1977

La guerra del fin del mundo, 1981 Vargas Llosa, Historia de Mayta, 1984 Vargas Llosa, Lituma en los Andes, 1993, Premio Planeta La fiesta del chivo, 2000 Vargas Llosa, El paraiso en la otra esquina, 2003 Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala, 2006

Arequipa se apresta para una gran fiesta. Ciudad histórica, legendaria, vieja capital y que además fue bendita por Miguel de Cervantes Saavedra en su famosa obra ‘La Galatea’, con esta frase: ‘En Arequipa, eterna primavera’.

Estaba irreconocible Vargas Llosa, exultante ha dicho la prensa internacional, yo diría humilde, receptivo, abierto, perdonando inclusive a la Academia por sus faltas y olvidos, con Borges principalmente, aunque la lista es más larga. ‘Pensé que era una broma cuando me llamaron a las 5 de la madrugada y contestó mi mujer, Patricia’, comentó a los periodistas de la Gran Manzana, que en ningún momento hablaron de su literatura, pero sí se refirieron al oficio de escritor, apuntaron también a sus diferencias con García Márquez, al conflicto o las negociaciones del Medio Oriente, a su relación con Perú, a su estado emocional, qué iba a hacer después del Nobel y al futuro del libro, entre otros temas.

 Cortázar y Vargas Llosa Vargas Llosa y José Saramago en 2002

Vargas Llosa es un autor indispensable del siglo XX en la narrativa latinoamericana, como Borges, Cortázar, Onetti, Carpentier, Rulfo, García Márquez, Roa Bastos, Fuentes, Donoso y Bolaño, entre otros, que reflejan el rico, complejo, variado, ancho panorama y mundo de la prosa de la América de habla española.

En la Babel, a ratos en español, otras veces en inglés, en el Instituto Cervantes, Vargas Llosa se sentía como en casa y ante una atmósfera que tenía mucho que ver con la política y la época en que vivimos, dejó claro que quería ser recordado como escritor. Advirtió que no dejará de escribir. Ser escritor, subrayó, requiere de trabajo, disciplina, esfuerzo. Sin embargo, su conciencia acusó recibo, cuando dijo, espero la Academia no me haya premiado por mi posición política. Casi una confesión, pero de eso se le acusa a los suecos izquierdistas de ayer y conservadores hoy. Vargas llosa es el más político quizás de los escritores relevantes en la actualidad, sólo comparable con el portugués José Saramago, de reciente desaparición física.

Es cierto que las personas cada día leen menos, sobre todo las extensas y complejas novelas, la llamada literatura dura, y prefieren los best seller o textos más livianos, superficiales y hasta banales, al tiempo que privilegian otro tipo de entretenimiento, desde el móvil a las más sofisticadas consolas de videojuegos.

Frente a la evolución del libro, los cambios tecnológicos, que de una y otra manera le están afectando al papel, Vargas Llosa sostuvo que tenía la esperanza de que la nueva tecnología no haga más trivial el contenido de la literatura. Es cierto, precisó, existe la posibilidad que las nuevas tecnologías empobrezcan el libro, pero está en nuestras manos que la literatura no destruya lo que hemos construido a lo largo de la civilización. Hay que promover la literatura, insistió el Premio Nobel 2010, porque no es sólo conocimiento, ideas, sino placer y su goce es incomparable. La literatura es sinónimo de libertad y la libertad despierta un espíritu crítico. Una sociedad sin literatura tiene menos libertad, enfatizó.
Más allá de sus declaraciones en favor de la libertad, democracia, libre mercado, liberalismo per se, Vargas Llosa reiteró su adhesión a Israel, aunque dijo que los palestinos tenían derecho a un Estado independiente y que se mostraba decididamente no partidario de la construcción de viviendas en la Franja de Gaza por parte de los judíos, ya que eso ponía obstáculos a las negociaciones.

Vargas Llosa y su primera mujer, Julia Vargas Llosa y Patricia, su mujer Vargas Llosa y con su mujer y sus hijos

Siguiendo su trayectoria política en las últimas dos décadas, su tránsito de la izquierda al neoliberalismo, leyendo sus artículos a través de la prensa, surge el político, el hombre del establecimiento conservador, inclaudicable en sus principios y lo vemos con su ojo polifémico, único, derribar los muros de un sólo lado. Pareciera que no existen otros factores de contradicción, conflicto en el mundo, y que no se viviera una recesión del capitalismo salvaje debido a las salvajadas de sus reglas vulneradas por sus propios mentores. Que las guerras en Irak y Afganistán, fueran paísajes de un mundo mejor. Surge un gran vacío, como un océano que arrastra las palabras en un sólo sentido. Es apenas recoger parte de una atmósfera enrarecida por muchos otros factores y donde las corrientes del Sur, son meros observadoras de un mundo que aprieta un botón a distancia hacia algún lugar remoto indeseable, un agujero negro, y no todos viajamos en un mismo vagón o hacia un lugar común. Un mundo verdaderamente excluyente a pesar de estar globalizado, porque sólo compartimos las ruinas de los Señores de la Guerra.

La mayoría de los participantes de la conferencia eran periodistas norteamericanos, que lanzaban sus primeras preguntas al flamante Premio Nobel y querían saber que pensaba de los hispanos en Estados Unidos, que en verdad son en su mayoría mexicanos y latinoamericanos. Vargas Llosa es hispano-peruano, por su nacionalización, y respondió: ‘Los hispánicos deben estar orgullosos de su cultura, historia, de la imaginación de sus escritores y citó algunos: Cervantes, Quevedo, Góngora, Octavio Paz y García Márquez.

Se sintió deudor del Perú, porque la infancia, la adolescencia y juventud son claves en la experiencia de un escritor. ‘Yo soy el Perú, el Perú es mi vida’, reafirmó. El autor de ‘Los Jefes’, elogió la literatura brasileña, habló de sus deudas y nombró a Guimaraes, entre otros. Reconoció sus deudas también con España, desde el punto de vista de la difusión literaria. Todos sabemos y conocemos de su devoción declarada por Flaubert. No olvidemos, que su maestro, Flaubert, ya lo dijo: Madame Bobary, soy yo.

Vargas Llosa con los Reyes de España Vargas Llosa  Doctor Honoris Causa por la Universidad de la Rioja Vargas Llosa

Después de su primera y extensa entrevista como Premio Nobel, con una mesa llena de micrófonos, CNN, le hizo una entrevista más corta y reductiva, esencialmente política. Vinieron entonces los temas claves de su universo político: Cuba y Venezuela. Si tuviera la oportunidad de hablar con Fidel Castro y Hugo Chávez, qué les diría, sacó de la manga la periodista colombiana. Que se vayan, respondió casi sin pensar, son un estorbo. Ahí nos encontramos nuevamente con el viejo candidato neoliberal, afincado en las ideas de los chicagos boys, el político que ‘golpea con la derecha democrática y en una sola dirección: hacia la derecha’. Muchos siguen comentando en las redes sociales, que su derechización le mantenía alejado de toda oportunidad al Nobel, como a Borges. El autor de ‘Ficciones, jugó’ su suerte con una frase kamikaze: Prefiero la clara espada, a la furtiva dinamita’, aludiendo a Pinochet y Afred Nobel. La Academia no se pudo hacer la sueca ante el borgeano personaje. El premio, premia la condición humana, el humanismo reflejado en la obra del autor, su preocupación y tratamiento de los temas esenciales del hombre y sus relaciones.

Los tiempos cambian de dirección. Suecia y sus académicos también. No es un punto a ignorar. La literatura es un negocio lleno de matices y los premios también. Sin duda, la obra literaria de Vargas LLosa, supera al político, afortunadamente para él y sus lectores. El mismo advirtió que la ideología no entraba en su escritura literaria, porque de lo contrario sería propaganda. ‘Escribo artículos para hablar de política’, refirma el propio Vargas llosa.

Después de todo, ha dicho de alguna manera que escribir es su manera de vivir. Su literatura seguirá siendo potente y su política, casi borgeana.



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DATOS DEL AUTOR:


Rolando Gabrielli (Santiago de Chile, 1947). Estudió Periodismo en la Universidad de Chile. Ejerció hasta el 11 de septiembre de 1973 en su país. Fue Corresponsal Extranjero en Colombia y Panamá (1975-79). Funcionario Internacional, experto en la industria bananera, encargado de estrategias para los ocho países de la región miembros de la UPEB, Editor de la publicación científico-técnica y económica, con circulación en 56 países, columnista de la revista alemana D+C (1979-89). Escribe para varios periódicos panameños como Analista Internacional y trabaja en el programa de la Unión Europea-PNUD, Tips On Line, mercadeo de oportunidades empresariales vía Internet. Asesor en estrategias empresariales, editor de Suplementos especializados, ha trabajado y lo hace actualmente en marketing.