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La trilogía de Bourne: Cierre con broche de oro
Fernanda Bargach-Mitre
11/09/2007



Finalmente ha llegado a las carteleras una de las películas más esperadas del año para los amantes de la acción y el espionaje: 'The Bourne Ultimátum’. La primera de la saga, ‘The Bourne Identity’ fue dirigida eficazmente por Doug Liman. En la segunda entrega ‘The Bourne Supremacy’ hubo un cambio muy favorable de director por Paul Greengrass (United 93), que le aporto mayor realismo y un ritmo frenético difícil de olvidar. Ahora nuevamente bajo la batuta de Greengrass nos llega la tercera entrega que revive una trama apasionante y supera a su predecesora en calidad de realización. Se podría decir que es un cierre con broche de oro ya que hasta aquí llegan las novelas de Robert Ludlum en las cual están inspiradas las cintas, sin embargo en la Meca del Cine nunca se sabe y dado el éxito arrollador en taquilla de las tres películas no dudamos que más de un productor este interesado en una cuarta entrega. El tiempo lo dirá, por ahora tenemos una trilogía que revive lo mejor del género de espionaje en base a un ritmo trepidante del cual es difícil escapar y que demuestra que se puede hacer buen cine comercial.


The Bourne Identity
: Un buen comienzo


El gran éxito internacional de ‘La Identidad de Bourne’ en el año 2002, permitió que la audiencia recordara al personaje amnésico de Jason Bourne, inventado originalmente por el novelista Robert Ludlum, en una trilogía de suspenso al estilo de la plena guerra fría. Los creadores cambiaron el contexto a la Europa posterior a la caída del Muro de Berlín, produciendo con éxito una intrigante película que rescata el género del espionaje con una figura de antihéroe a la medida del nuevo milenio. La primera parte de esta saga, dirigida por Doug Liman, proponía un entretenimiento serio, con desafíos mentales para el espectador, acompañados de unas espectaculares secuencias de acción con un estilo realista que les añadía originalidad.

La historia se basa en un asesino del gobierno que un día pierde la memoria y sin tiempo para recuperarla es perseguido por los suyos, quienes lo consideran una amenaza por todos los secretos que conoce ignorando que persiguen a un amnésico que no tiene idea ni de su nombre. Sin embargo, este desmemoriado si recuerda perfectamente como convertirse en un arma letal, como escapar de las más difíciles situaciones, desafiando completamente al sistema que lo ha entrenado y que ahora no puede frenarlo.

Se trata de una buena trama de espías, con una dosis acelerada de acción muy creíble, con un toque de los policiales de los setenta. Hay ligada a la escapatoria constante del protagonista una paralela historia de amor que se desarrolla entre persecuciones espectaculares en auto por las calles europeas, con la siempre solvente Franka Potente en el rol de Marie, quien acompañará a Bourne en sus increíbles peripecias para no ser atrapado.

      

Sin duda, este personaje logró calar fuertemente en la audiencia en la primera entrega, en base a la conjugación de varios elementos que vivifican el género como un guión inteligente, escenas de acción física muy bien logradas, sin las típicas escenografías de este tipo de films sino una acción cruda con un realismo generado por la decisión de los encuadres, la velocidad rítmica de la edición, la cámara en mano entre otros recursos utilizados.

Un film sólido y verdaderamente entretenido, que los amantes de la acción imparable combinada con una trama inteligente, quedaran satisfechos.


The Bourne Supremacy: La entrada triunfal de Paul Greengrass

En la Supremacía de Bourne, el trabajo de dirección recae esta vez sobre Paul Greengrass, creador del impactante film Bloody Sunday, que emula los sucesos del 30 de enero de 1972, en Irlanda del Norte, cuando una marcha pacífica por los derechos civiles acabó en un baño de sangre. Justamente con la intención de darle a la cinta un aspecto naturalista, sin demasiados efectos especiales, que lograra atrapar por su crudeza, fue convocado este director para el proyecto.

El Film retoma la historia de Jason y Marie, quienes refugiados en la India, viajan constantemente presos de la paranoia de ser encontrados. Los sueños persecutorios de Jason parecen hacerse realidad cuando un agente aparece en la tranquila villa donde habitan, para asesinarlos. Repentinamente, nuestro protagonista se ve sumergido en el mundo del que ha tratado de escapar en los últimos dos años, viéndose obligado a confrontar su pasado y su verdadera identidad.
Matt Damon retoma el protagónico del film, interpretando a un Jason solitario, circunspecto, seco , atormentado por las terribles consecuencias de su anterior vida como asesino, pero obligado a usar todas sus habilidades, ante la nueva persecución de que es víctima. La interpretación de Damon es sobria y creíble, alejado de los estereotipos de los invencibles héroes de acción, dándole al personaje un aspecto más humano.

El trabajo de Greengrass en la dirección, resulta convincente presentándonos un material con una edición rítmica y fragmentada, el uso de la cámara en mano, golpes de Zoom, súbitos reencuadres y la filmación de las escenas de persecución en tiempo real, lo que produce mayor impacto en el espectador, acostumbrado a las típicas escenas espectaculares de Hollywood, más propias de los videojuegos que de la realidad. Completa el cuadro la excelente fotografía en tonos grisáceos de Oliver Wood y la música de John Powell.

      

Esta misión de Bourne es más peligrosa; de hecho se trata de un viaje interior para el personaje: Recorre toda Europa mientras trata de comprender sus acciones pasadas y de redimirse. El director Greengrass concluye: 'En esta nueva aventura Bourne acepta una serie de cosas sobre sí mismo; sabe que es un asesino a sueldo y que ha hecho cosas malas. La película describe cómo afronta esta información y cómo se enfrenta a las consecuencias de sus actos. Respecto a su pasado tiene básicamente dos opciones, la venganza o la expiación. Comienza su viaje animado por un espíritu de venganza pero pronto se da cuenta de que el único camino que le queda por delante es el de expiar sus culpas. Es un dilema muy fuerte, que propicia una búsqueda apasionante'.

En suma, esta película garantiza una buena dosis de entretenimiento, con una trama sencilla pero sustentable, buenas actuaciones, impecable realización muy en sintonía con el nuevo milenio, pero rescatando lo mejor del género de espionaje de los últimos tiempos.


The Bourne Ultimátum: Cierre con broche de Oro

The Bourne UltimátumFICHA TÉCNICA DE THE BOURNE ULTIMATUM

+ Dirección: Paul Greengrass.
+ País: USA.
+ Año: 2007.
+
Duración: 111 min.
+
Género: Acción: drama, thriller.
+ Interpretación: Matt Damon (Jason Bourne), Julia Stiles (Nicky Parsons), Joan Allen (Pamela Landy), David Strathairn (Noah Vosen), Paddy Considine (Simon Ross), Scott Glenn (Ezra Kramer), Edgar Ramírez (Paz), Albert Finney (Dr. Albert Hirsch).
+ Guión
: Tony Gilroy, Scott Z. Burns y George Nolfi; basado en un argumento de Tony Gilroy; sobre la novela de Robert Ludlum.
+ Producción: Frank Marshall, Patrick Crowley y Paul L. Sandberg.
+ Música: John Powell.
+ Fotografía: Oliver Wood.
+ Montaje: Christopher Rouse.
+
Diseño de producción: Peter Wenham
+ Vestuario: Shay Cunliffe.

Se trata de una película excitante, en la cual Greengrass despliega su mejor talento para la acción creando un film vertiginoso, que mantiene un ritmo implacable, que sin piedad no da respiro y absorbe completamente la espectador en su trama. Me atrevería a decir que es la mejor película de acción estrenada este año y sin duda la mejor de la trilogía.

En esta oportunidad Jason Bourne se enfrenta a sus creadores quienes se han empeñado en desparecer cualquier registro de la operación Treadstone de la cual emergió Bourne. Este último es el único eslabón que los implica en la operación y debe ser eliminado. Todo se desencadena con el asesinato de un periodista quien sigue el caso Bourne y que conoce información clave sobre su identidad, lo que le develará a Jason un nuevo camino que perseguir para tratar de finalmente encontrarse. Por supuesto para lograrlo tendrá que usar todas sus habilidades para escapar tanto del gobierno que lo persigue abiertamente como de los asesinos que lo hacen secretamente.

Así como en Bourne Supremacy quedamos impactados con la persecución en auto por las calle de Moscú en esta entrega, Greengrass nos da una lección de cine con el juego del gato y el ratón en la estación londinense de Waterloo, donde despliega un ritmo narrativo impecable, tenso, una edición precisa y al servicio de la historia para lograr una secuencia envidiable que nos remite al mejor cine de espías de los años setenta.

Podemos afirmar que esta saga se ha convertido en un punto de referencia del género, porque redefine en su estilo naturalista la verdadera adrenalina que deben tener las escenas de acción. Sin embargo se trata de un arma de doble filo, por un lado este estilo realista, de edición perfecta y cambiante nos sumerge en un viaje de sobresaltos, sin embargo por momentos cuesta entender y disfrutar de los detalles de la acción dada la celeridad de la misma. Así mismo extrañamos las escenas más intimistas que estaban presentes en las cintas anteriores y que le restan humanidad a Bourne. Vale aclarar que estos son meros detalles, ya que el film logra su cometido a la perfección: es una inyección de adrenalina directo a las venas, apoyado en un guión inteligente que desafía al espectador y lo deja sediento por más. Bourne a diferencia de James Bond no necesita mujeres hermosas ni autos deportivos, el es una máquina de matar atormentado por el arrepentimiento que busca a los culpables de su condición y su verdadera identidad, es un personaje sincero, sin el maquillaje típico de los héroes de acción lo que lo acerca mucho a la audiencia y que podría ser donde radica su éxito y aceptación a nivel mundial.

Además de la excelente dirección de Paul Greengrass tenemos que hacer mención obligada de su editor Christopher Rouse, cuyo montaje es el corazón del film así como la resaltante banda sonora de John Powell que acompaña a la perfección esta danza trepidante.

En sus casi dos horas de metraje, la acción está al servicio de lo que se cuenta y el tiempo pasa volando, lo que ratifica la calidad de la cinta. Se trata sin duda de una trilogía que ha dejado huella en la cinematografía de este milenio, como punto de referencia, con tres películas vertiginosas de cuyo encanto es difícil escapar.

Imperdibles!