sumario
art XX-XXI
contacta
 


Fernando Botero. 60 años de pintura en el CentroCentro
Redacción Homines.com
27/10/2020


La mayor muestra en Europa de Fernando Botero puede visitarse en Madrid desde mediados del mes de septiembre. La exposición, comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz con el apoyo de Lina Botero, hija del artista, y la aprobación del propio Botero. Está producida por Arthemisia en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid. Compuesta por 67 obras de gran formato, recorre sesenta años de producción dle artista colombiano, así como sus obras inéditas más recientes de acuarelas sobre lienzo.

La elección de Madrid para esta exposición no es casual. Botero vuelve a la ciudad en la que vivió en su juventud y que marcaría su trayectoria después de conocer los originales de las obras maestras del Museo del Prado y de estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

  

Fernando Botero (Medellín, Colombia, 1932) comenzó a pintar a los 15 años de forma incansable, siempre desde un compromiso con sus estrechas convicciones sobre la estética, la excelencia y la defensa de una coherencia artística. El resultado de todos estos años es una nutrida producción compuesta por más de 3.000 óleos, más de 200 esculturas y más de 12.000 dibujos a lápiz, carboncillo, pastel y sanguina.

La exposición, dividida en siete secciones, correspondientes a los temas más característicos de su trabajonos, permite bucear e su forma de crear, original y nueva. A través de un lenguaje de volúmenes monumentales y vibrante color, hace que su obra sea inmediatamente reconocida. En palabras de Botero: “Sin un estilo propio un artista no existe. Todos los buenos pintores han conseguido crear un estilo propio coherente con sus ideas, inmediatamente reconocible… Van Gogh, Botticelli, Ingres, Piero della Francesca, Vermeer, Velázquez, Giacometti o Tàpies… Si de algo estoy feliz es, primero, de haber vivido siempre de la pintura, incluso muy pobremente en mis primeras épocas, en Nueva York, cuando vendía dibujos a 10 dólares. Y, sobre todo, de haber encontrado un estilo propio. Una visión del mundo que no existía y que soy yo, porque yo lo hago. El estilo es la capacidad creadora de hacer algo distinto, que está dentro de uno y se plasma con gran emoción en el cuadro. Un ejemplo que ilustra esto es la forma más simple de la naturaleza: una naranja, que sin embargo es muy difícil de pintar. Lo magnífico es que cuando alguien vea una naranja en un cuadro, reconozca automáticamente que es una naranja de Van Gogh, de Picasso, de Cézanne o de Botero”.

América Latina es la sección que recibe al público, porque su ciudad natal, Medellín, Colombia, es el punto de partida de la producción artística de Fernando Botero. También lo es el encuentro con la pintura mexicana en 1956 que permitió a Botero volver la mirada hacia sus propias raíces para transformar ese universo inagotable en materia digna de su propia obra y en el tema central de su creación. Aquí vemos personajes cotidianos de ese mundo los que habitan sus lienzos: músicos, bailarines, monjas, militares, señores de la alta sociedad, hombres de poder y hasta las prostitutas. Entre las obras que se pueden admirar en estas salas se encuentran: “Mujer sentada” (1997), “El presidente/La primera dama” (1989), “El final de la fiesta” (2006), “Mujer cayendo de un balcón” (1994) o “Bailarina en la barra” (2001).

  

La siguiente sección, Religión aborda su interés religioso, una sola excusa para explorar pictóricamente las situaciones, las formas, los colores, el vestuario y el mundo plástico y poético del clero, abordando a sus personajes con humor y sátira como ocurre en “El baño del Vaticano” (2006) y “Cardenal durmiendo” (2004). La habilidad de Botero radica en extraer imágenes religiosas y adaptarlas al imaginario boteriano, como es el caso de “Nuestra Señora de Colombia” (1992), también presente en la exposición. Esta temática está influida por sus recuerdos de juventud, en concreto por el lugar que ocupaban los miembros eclesiásticos en el ámbito provincial de Medellín de los años treinta y cuarenta.

Versiones comprende obras que el artista ha realizado en homenaje a los grandes maestros de la historia del arte universal como Diego Velázquez, Piero della Francesca, Jan van Eyck y Pieter Paul Rubens, entre otros, cuya obra le cautivó a raíz de su primer viaje a Europa en 1952. En esta sección puede verse como se apropia de temas que han sido recreados por otros y los transforma con su estilo en una obra de arte propia y singular. Tal es el caso de “La Fornarina según Rafael” (2008), “Los Arnolfini según Van Eyck” (2006) o el díptico “Según Piero de la Francesca” (1998).

A continuación el espacio dedicado a Naturaleza muerta, uno de los temas constantes de la obra de Botero gracias al que nace su estilo. Claros exponentes de esta serie son “Naranjas” (2008), “Pera” (1976) o “Flores” (2006), entre otras.

Pasamos a la seccón dedicada a La Corrida, temática que surge de nuevo de sus recuerdos de niñez, de pequeño su tío lo inscribió en la escuela taurina del banderillero Aranguito. Descubrió en este tema una infinidad de posibilidades plásticas que le permitieron jugar de manera sorpresiva con la composición, el color, la luz y las formas, como podemos ver el obras como “El arrastre” (1987), “La muerte de Ramón Torres” (1986), “Caballo de Picador” (2002) o “Rafaelín y su mujer” (2012).

  
  

La penúltima de las secciones está decida al Circo, tema descubierto por Botero en 2006 durante una visita a un humilde circo en Zihuatanejo, México. En ella descubre las oportunidades estéticas de este tema, a sus personajes, que mostraban una tristeza contenida. Pero fundamentalmente descubre su poesía y la plasticidad de sus formas y colores. Obras como “Payaso de blanco” (2008), “Contorsionista” (2008), “Músicos” (2008) o “Circo” (2007), presentes en la exposición, son buena muestra de ello.

La última sección, reúne su reciente producción. Obras que inició en septiembre de 2019 y que contienen la fuerza de sus dibujos y la transparencia y delicadeza de sus acuarelas. Una vuelta a los orígenes como dibujante en la que experimenta con la acuarela, no sobre papel sino sobre lienzo de gran formato.Sus temas son los mismos que conforman el imaginario boteriano, pero el desenlace sorprende por la decisión del dibujo y la sensualidad de las formas. Algunas de ellas son: “Carnaval”, “Picnic”, “Una pareja de músicos” o “Familia”.

Datos biográficos

Fernando Botero (19 de abril de 1932, Medellín, Colombia) Pintor y escultor. Desde niño fue influenciado por el estilo barroco de las iglesias coloniales. En 1944, su tío lo envió a una escuela de tauromaquia donde permaneció durante dos años. A los dieciséis años publicó sus primeras ilustraciones en el suplemento dominical del El Colombiano, uno de los periódicos más importantes de Medellín.

En 1948 se trasladó a Bogotá donde celebró su primera exposición individual. En 1952 viaja a España y cursa estudios en la Academia de San Fernando de Madrid, además asiste al Museo del Prado como copista de Diego Velázquez y Francisco de Goya.

Entre 1953 y 1955 recorre Francia e Italia, estudia pintura al fresco en Florencia. Vuelve a Bogotá donde su obra no tuvo buena acogida. Viaja a México donde conoce a Rufino Tamayo y José Luis Cuevas, y en 1957 visita Estados Unidos, donde celebra su primera exposición individual en la Pan-American Union de Washington.

Con 26 años se convierte en profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá; en 1960 se trasladó a Nueva York y en 1973 fijó su residencia en París. En 1980 instala una residencia y un estudio de escultura en Pietra- santa, Italia. No deja de crear y realizar innumerables exposiciones entre las que caben destacar la del Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid, en 1987; la del Museo de Arte de Helsinki en 1994; la de la Plaza de la Señoría, en Florencia en 1999; la del Palazzo Bricherasio de Turín en el 2000 o la realizada en 2011 en la Galería Marlborough de Nueva York.

Contrajo matrimonio con Gloria Zea, en 1955 con quien tuvo tres hijos: Fernando, Lina y Juan Carlos, de quien se divorcia en 1960 .En 1964 contrae matrimonio con Cecilia Zambrano, con quien tiene a su hijo Pedro que murió en un accidente de tráfico en España, en el que Botero también resultó herido. Botero y Zambrano se divorciaron en 1975. En 1978 Botero se casa con la artista griega Sophia Vari.

Botero es hoy uno de los artistas más cotizados de la actualidad y sin duda el pintor colombiano de mayor resonancia internacional. Su estilo figurativo tiene nombre oficial: el “boterismo”, un personalísimo estilo en el que las figuras son más robustas y gruesas de lo habitual.


Botero. 60 años de pintura
CentroCentro
Plaza de Cibeles, 1, Madrid, España
Desde el 17 de septiembre de 2020 hasta el 7 de febrero de 2021