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Breve incursión en la vida de Peter Paul Rubens
Remedios García Rodríguez
24/06/2004 (14/01/2021)


Peter Paul Rubens, nació en una familia originaria de Amberes, donde su padre, Jan Rubens había alcanzado la posición de magistrado municipal, tras haber estudiado leyes en las universidades de Lovaina, Padua y Roma. Sin embargo, los graves acontecimientos políticos y religiosos que vivían los Países Bajos en la década de 1560 llevaron al joven Jan al exilio en 1568, debido a las sospechas de calvinismo que recaían sobre él. La familia Rubens, Jan se había casado con Maria Pypelinx y ya habían nacido varios hijos, se trasladó a la ciudad de Colonia donde Jan entró al servicio de Ana de Sajonia, la esposa de Guillermo de Orange. La relación entre Jan y Ana de Sajonia, se fue haciendo muy estrecha, hasta acabar siendo amantes. Estos fueron sorprendidos por Guillermo el Taciturno. El adulterio estaba castigado con la pena de muerte, pero la actuación de doña Maria Pypelinx en esta ocasión fue determinante, consiguiendo que la pena capital fuera conmutada por la cárcel, el pago de una considerable fianza y el exilio. Jan abandonó la prisión y se instaló con los suyos en Siegen, cerca de Colonia, donde nacería Peter Paul el 28 de junio de 1577.

Peter Paul Rubens , Autorretrato, 1623. Royal Collection Peter Paul Rubens, Autorretrato entre amigos de Mantua, 1602-1605, Colonia, Wallraf-Richartz-Museum y Fondation Corboud

Así comienza la vida del pintor, dibujante, grabador y diplomático flamenco, uno de los grandes maestros de la pintura barroca europea, del que fueron discípulos grandes genios como Diego de Velázquez. Fue apartir del estudio de los maestros del "Cinquecento" que el pintor flamenco logró dar un cambio definitivo a la pintura, creando composiciones dinámicas de intensa expresividad y de un manifiesto carácter hedonista, como lo demuestran sus voluptuosos desnudos.

Su vida ha sido una de las más investigadas, por lo que se tiene la suficiente documentación como para conocer al detalle su biografía. Su padre era senador en la ciudad de Amberes, pero por problemas confesionales debió trasladarse junto a su familia a la ciudad de Colonia, Alemania. A su muerte su viuda regresó con sus tres hijos a la ciudad belga. Allí, Rubens comenzó su primer aprendizaje artístico, con Tobias Veraecht, pintor de paisajes con el que apenas estuvo tiempo. La elección de Veraecht como profesor es bastante sorprendente, la razón debemos buscarla en cuestiones financieras o familiares ya que era un pariente lejano de María Pypelinx.

Una vez abandonado el taller de Veraecht, donde permaneció apenas un año, se trasladó al taller de Adam van Noort, donde tampoco permanecería mucho tiempo, por lo que se trasladó al de Otto van Veen, uno de los mejores maestros activos en ese momento en Amberes, pintor educado en los ideales clásicos de la pintura, que había vivido varios años en Roma, y que trabajaba como pintor de corte en Bruselas para los gobernadores de los Países Bajos españoles. Rubens trabajó con él a partir de 1594 o 1595 y fue el que más influyó en su estilo juvenil, además de Holbein y Durero, cuyos grabados copiaba desde temprana edad.

En 1598, con 21 años, Rubens finaliza su periodo de aprendizaje y supera el correspondiente examen de maestro ante la Guilda de San Lucas de Amberes, corporación en la que se integraría como pintor independiente. Se conocen muy pocos cuadros de Rubens desde el momento en que se convirtió en maestro independiente hasta su viaje a Italia en 1600.

Partió de Amberes el 9 de mayo de 1600, y al poco tiempo entró al servicio de Vincen­zo I Gonzaga, duque de Mantua, como pintor de corte. Su posición en Mantua le permitió vivir de su profesión y además acceder a las colecciones aristocráticas de distintos lugares de Italia. Rubens dedicó sus ocho años de estancia en la península italiana a estudiar el arte del pasado, especialmente la estatuaria griega y romana y también los grandes maestros del renacimiento, como Rafael y Miguel Ángel.

 Peter Paul Rubens,  La elevación de la cruz, 1610–1611 , Catedral de Amberes Peter Paul Rubens,  Retrato ecuestre del duque de Lerma, 1603, óleo sobre lienzo, 290,5 x 207,5 cm. Museo del Prado, Madrid

En Roma tiene la primer oportunidad pública de demostrar sus dotes como pintor, ya que se le encarga la decoración de una capilla de la iglesia de Santa Croce in Gerusalemme, iglesia de la que había sido cardenal titular el archiduque Alberto de Austria, en estos momentos gobernador de los Países Bajos. El éxito obtenido por Rubens con estas pinturas será grande ya que, aunque flamenco, se le considera italiano por estilo.

En 1602 está trabajando en Mantua donde recibe una importante misión, el de pintar unos cuadros para el altar de la iglesia de Santa María en Vallicella, un encargo que consiguió por encima de otros candidatos de la ciudad y que le confirmó como uno de los principales pintores de Roma en ese momento. Tiene que realizar un viaje a España para entregar al rey Felipe III y su valido, el duque de Lerma, varios presentes, entre ellos un buen número de copias de los grandes artistas del Renacimiento, Tiziano y Rafael entre otros. El duque de Mantua deseaba con estos presentes conseguir el cargo de almirante de la flota española. Al llegar a Valladolid, Peter Paul realizará el impresionante Retrato ecuestre del duque de Lerma, con el que conseguirá gran fama entre los cortesanos españoles, especialmente el marqués de Siete Iglesias, don Rodrigo Calderón, la mano derecha de Lerma. Estos éxitos hicieron que se le ofreciera quedarse en la corte española pero no fue así. Tras un nuevo periodo en Mantua, vuelve a finales de 1605 a Roma donde realiza un importante encargo para la iglesia de San Felipe Neri.

Además de pintar, se dedicó al estudio de los maestros italianos que tanto admiraba, sobre todo Tiziano. A su regreso fue nombrado representante diplomático y pintor oficial de los administradores del reino en Amberes. El 3 de octubre de 1609, Rubens contraía matrimonio con Isabella Brandt, la hija de un alto funcionario municipal llamado Jan Brandt. La novia era catorce años más joven que el pintor pero esto no fue inconveniente para que establecieran una relación perfecta, naciendo de este matrimonio tres hijos: Clara Serena, Albert y Nicolas. De esa época son sus ilustraciones para los nuevos misales ("Misale Romanum") y los altares y las escenas de caza para Maximiliano de Baviera, hoy día en la pinacoteca de Munich. Otras obras destacadísimas de su producción en esta época son La Adoración de los magos (Museo del Prado) o el Descendimiento de la cruz (Iglesia de Amberes).

El enorme éxito que llega a disfrutar en Amberes lo demuestra también el encargo que recibe en 1620 para decorar la iglesia de los jesuitas de Amberes con treinta y nueve lienzos que se colocarían en los techos de las naves laterales (destruidos en 1718). Parte del éxito del pintor en estos años se debe al patrocinio que recibe de los archiduques. En 1621 muere el archiduque Alberto y Rubens estrecha su vínculo con la infanta viuda Isabel Clara Eugenia.

Peter Paul Rubens, El desembarco de María de Médicis en el puerto de Marsella. Peter Paul Rubens,  Minerva protege a Pax de Marte Peter Paul Rubens, Nicolas Rubens o Niño con collar de perlas, hacia 1619 dibujo, 25’2 x 20’2 cm., Albertina, Vienna

 Peter Paul Rubens,  Vieja con cesta, óleo sobre lienzo, 116 x 92 cm., Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde (Alemania) Peter Paul Rubens,  Venus y Cupido, hacia 1606 – 1611, óleo sobre lienzo. 137 x 111 cm., Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid Peter Paul Rubens, Las tres gracias, óleo sobre lienzo, 221 × 181 cm., Museo del Prado, Madrid

El primer trabajo importante para una corte extranjera llegará de París, concretamente de la reina madre doña María de Medicis. Es posible que la mediación de la infanta influyese en este encargo que recibió en 1621 para decorar el Palacio de Luxemburgo en París, residencia de la reina madre de Francia. Se trata de dos ciclos de pinturas, uno de ellos dedicados a exaltar la memoria del difunto rey Enrique IV, que no se llegó a realizar, quedando sólo bocetos y esbozos; y el otro ciclo dedicado a glorificar el reinado de María de Medicis, ciclo que se concluiría en el plazo fijado. Siendo entregados con motivo de la boda por poderes entre Carlos I de Inglaterra y la princesa Enriqueta María de Borbón, en 1625.

Para hacer frente a la cantidad de trabajo que le encargaban, contrató numerosos colaboradores, entre ellos, al joven Van Dyck y al paisajista Wildens. A la muerte de su esposa, en 1626, su atelier se encontraba en febril actividad.

Desde España llegó un contrato para los tapices del Convento de las Descalzas Reales de Madrid y desde Francia, el ciclo de pinturas de Enrique IV. Mientras tanto, Rubens también viajaba frecuentemente a Inglaterra y España debido a su puesto como representante diplomático de la corte. Rubens fue uno de los responsables del tratado de paz entre España y los Paises Bajos en los años 1629 y 30.

En 1628 el rey Felipe IV llamó al pintor a Madrid para recibir información sobre el estado de las negociaciones. Con este motivo el pintor se trasladó a la capital española en agosto de 1628, y permaneciendo hasta abril de 1629. Rubens realizó en torno a cuarenta cuadros durante su estancia, algunos por encargo del rey, otros para la infanta Isabel Clara Eugenia y otros para sí mismo, como las numerosas copias que hizo de los cuadros de Tiziano que pertenecían a la colección real.

S e trasladó a Londres (1629-1630) y más tarde a La Haya (1631), para continuar las negociaciones a favor de la paz. En Londres recibió el encargo de decorar el Banqueting House, un gran salón que formaba parte del complejo palacial de Whitehall, y para el rey Carlos I realizó también una de sus alegorías políticas más conocidas, Alegoría de la Paz

A su vuelta a Amberes contrajo de nuevo matrimonio con Hélène Fourment, de dieciséis años, hija de un próspero comerciante de sedas y tapices con el que Rubens tenía una estrecha amistad. Este matrimonio con la joven Hélène supondrá una revulsivo para el maduro pintor, insuflándole ganas de vivir. Del matrimonio nacerán cinco hijos: Clara Johanna, Frans, Isabella Hélène, Peter Paul y Constancia Albertina, esta última nacida póstumamente.

Hélène se convertirá desde ese momento en la principal modelo para el pintor, tanto para las santas como para las Venus. La felicidad conyugal que vive el artista se expresa en cuadros como el Jardín del amor del Museo del Prado o los numerosos retratos protagonizados por su esposa, algunos de ellos acompañada de sus hijos.

Peter Paul Rubens,  El jardín del amor (1630-1635)., Museo del Prado Peter Paul Rubens,  El jardín del amor (1630-1635)., Museo del Prado Peter Paul Rubens,  Perseo y Andrómeda, 1639 – 1640, óleo sobre lienzo, 223 x 163 cm., Museo del Prado

Sus últimos trabajos para las monarquías europeas estarán relacionados con la Península Ibérica y las Islas Británicas e Inglaterra. Para Felipe IV de España realiza una de sus decoraciones más importantes: la serie para la Torre de la Parada, pabellón de caza situado en el El Pardo, en las cercanías de Madrid. Se le encargaron unos 120 lienzos, de los que 63 tenían como temática la mitología mientras que los demás eran asuntos de cacería, que fueron derivados por Rubens a sus "pintores del taller": Paul de Vos y Peter Snayers.

Murió en su casa de Amberes el 30 de mayo de 1640, a punto de cumplir los 63 años, dejando numerosas obras sin acabar como el lienzo de Andrómeda y Perseo que conserva el Museo del Prado, y otras ya listas como Las tres Gracias.

Sus composiciones son la sabia combinación del arte flamenco con el italiano; en ellas es tan importante el color como el modelado naturalista de los cuerpos. Sin embargo, el pintor no busca una belleza armoniosa y tranquila. Los parámetros estéticos de Rubens son la opulencia y el brillo, el volumen como expresión máxima de la sensualidad. Los temas, fueran religiosos, políticos o alegóricos, eran tratados con el mismo entusiasmo.

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Ampliado y reeditado el 14/01/2021
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DATOS DE LA AUTORA:

Remedios García Rodríguez, Profesora de Educación, Licenciada por la Universidad Complutense de Madrid (1968), Licenciada en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca (1969), Master en Psicología por la UNED de Madrid (2000). Inspectora de Educación en las Autonomías de Euskadi y Andalucía desde 1980. Redactora de Homines.com.