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Los toltecas, un pueblo de artesanos y guerreros
Susana Hermoso-Espinosa García
09/04/2008



Introducción histórica

A la caída de Teotihuacán varias poblaciones de la cuenca de México se fueron a otras regiones en busca de nuevas tierras. Este fue el caso de los toltecas, que llegaron a Tulancingo, donde permanecieron cuatro años, más tarde se trasladaron a un lugar que quedaba junto al río Tula. Aquí es donde alzarían la ‘Tollan Xi cocotitlán’, de la que nos hablan las fuentes históricas (en el actual municipio de Tula de Allende, en el estado de Hidalgo, México).

El gentilicio deriva del náhuatl toltécatl, que originalmente designa a los nativos de los lugares llamados Tollan, pero que después, durante la época mexica, pasó a ser sinónimo de artesano o artista.

La historia de los Toltecas comienza con una leyenda: Cuauhtitlán, un guerrero y conquistador, llamado Mixcóatl, tuvo un hijo con Chimalma. El niño, al nacer, recibió el nombre de Ce Acatl Topiltzin (Señor Una Caña), seguido del título de Quetzalcóatl, que era la divinidad que debía representar. Ce Acatl creció en la región de Morelos; ya mayor, pasó a tierras de Guanajuato y Huasteca y allí fueron a buscarle los toltecas (artesanos y artistas) para fundar e iniciar el reinado en la ciudad de Tollan.

No se sabe con exactitud si Mixcóatl existió o fue solo leyenda, pero su hijo Topiltzin si existió con seguridad y es el primer personaje real aparece en la Historia de México.

Los toltecas reunieron a otomíes, teotihuacanos, chichimecas y fundaron la ciudad en un lugar situado entre El Corral y las zonas destinadas a las grandes edificaciones de poniente. Actualmente es muy poco lo que se sabe sobre los primeros tiempos de la ciudad, y en cambio se conoce más el período de máximo auge del culto a Quetzalcóatl, bajo la influencia de la cultura maya.


Arte tolteca

La escultura y el relieve están muy ligados a la arquitectura; destaca el Chac Mool, una gran figura sentada en forma reclinada, sosteniendo en el vientre un recipiente y con la cabeza mirando hacia un costado.

Chac Mool   Atlante del altar superior del Palacio de Quetzalcoatl, Tula  Dignatario tolteca. Posclásico Temprano   Mujer de la nobleza. Posclásico Temprano

También realizadas en piedra destacan esculturas que muestran escenas militares y de sacrificios humanos. Un ejemplo de ello es el coatepantli, un friso labrado en piedra que muestra una sucesión de serpientes que persiguen y devoran esqueletos. Otro elemento arquitectónico tolteca fue el tzompantli, o altar de cráneos, una plataforma baja, cercana a la pirámide principal, provista de soportes para apilar o ensartar las cabezas cercenadas de los sacrificados. El arte tolteca muestra una faceta de vigor en las formas que anuncian el predominio del guerrero sobre el sacerdote, una visión que se mantendría a lo largo del horizonte posclásico mesoamericano.

Coatepantli   coatepantli   Tzompantli Chichén Itzá, Mexico

Es importante también, su cerámica. El estilo cerámico tolteca más antiguo y que antecede a la fundación de Tula, conocido como Coyotlatelco, se caracteriza por el color rojo y café de sus vasijas. Más tarde, se desarrolla un tipo de cerámica conocida como estilo Mazapa, cuya dispersión por gran parte de Mesoamérica se asocia a la expansión política de los toltecas. Sus formas alfareras más sobresalientes son escudillas con su interior decorado con líneas rectas u onduladas, pintadas de rojo intenso. A la par del estilo Mazapa, existe una cerámica llamada ‘Plumbate’, originaria de Guatemala, que es una de las pocas alfarerías del Nuevo Mundo con superficies que aparentan estar vitrificadas, gracias a la pintura con pigmentos minerales y su cocción a altas temperaturas.

Vaso. Cerámica Coyotlatelco      

En arquitectura introdujeron la forma característica do toda la arquitectura mexicana precolombina: la estructura en forma de tronco de pirámide, que servía de base a templos, palacios, etc. Estas estructuras poseían unas escalinatas que, partiendo de la base, ascendían hasta la plataforma superior y su finalidad no era otra que la de servir de base o pedestal al templo o palacio que se construía sobre ella.

Muy característico de las construcciones toltecas (y de las aztecas) era la falta de ventanas, empleándose sólo puertas bajas.

Otro elemento que introdujeron el uso de pilares en forma de serpiente y los atlantes, grandes pilares esculpidos que representan a guerreros.

Los toltecas habitaban pueblos fortificados constituidos por complejos de construcciones cívico-ceremoniales, cuya plaza con altar en el centro estaba rodeada de palacios, pirámides escalonadas y canchas para el juego de pelota.


La capital de la cultura tolteca: Tula

La ciudad de Tula (Tollán) se encuentra sobre un promontorio que domina el río Tula y presenta buenas condiciones defensivas. Calles y calzadas ordenaban la urbe. Diferencias sociales se reflejan en el tamaño, la distribución y el material de construcción de las viviendas, desde las que se levantaban sobre un sistema de plataformas cercanas al sector monumental, hasta conjuntos de departamentos o de casas de tres habitaciones en torno a un patio central común formando una L, donde se realizaban las actividades domesticas y las rituales. Existían barrios que compartían actividades productivas y ceremonias en un templo colectivo.

Su población, de hasta 60.000 habitantes, estaba diseminada en zonas periféricas y vivía de la agricultura, la extracción del basalto, la realización de utensilios de chert y el trabajo con la obsidiana.

Plaza principal de Tula  Templo principal de Tula

La historia de Tula (Hidalgo) se estima que duró desde el 900 al 1168 a.C. Ejerció su poder sobre pueblos menos adelantados y firmó alianzas, como en el caso de la fundación de la provincia de Tula-Jilotepec.

Tula era la capital de los militaristas toltecas. Poseía una sociedad austera de guerreros más interesados por la función que por la forma, de modo que produjeron pocos objetos lujosos. A pesar de ello, su desarrollo contrastaba con el de las otras culturas del Altiplano, por lo que los mexicas, al establecerse en Tula posteriormente, pensaron que esa gente eran toltecas, o sea verdaderos artesanos.

Un grupo de ellos, a la caída de Tula, salió hacia el exilio y con su señor Nauhyotzin se asentaron en Culhuacán. De allí salieron princesas y nobles que emparentaron con los mexicas. El último gobernante de Tula, llamado Huéniac, terminó sus días suicidándose, según una fuente histórica.

   

A este periodo pertenece el tipo de plaza con un altar en el centro; al altar se sube por una escalera con frisos decorados a cada lado; los altos muros están inclinados, o en talud, y rematados por cornisas salientes.

A un lado de la plaza se construyó un gran basamento piramidal, compuesto por varios cuerpos inclinados superpuestos, revestidos de losas dispuestas en filas de cuatro. Al lado se construyó un edificio con planta de escuadra y pórticos sostenidos por pilastras recubiertas de losas. Los pórticos estaban contiguos a los edificios principales, que cerraban un lado de la plaza.

El edificio principal es el llamado Templo de Tlahuizcalpantecuhtli (Venus como señora del alba, la Estrella Matutina), que es un basamento compuesto por varios cuerpos superpuestos, formados por bajos muros inclinados, o taludes y altas cornisas o tableros, con una decoración en relieve, a base de estuco, en la que predominan las procesiones de jaguares y coyotes en sentido opuesto, águilas comiendo corazones humanos y la efigie del hombre-pájaro-serpiente, es decir del dios Quetzalcóatl.

Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, Tula  Atlantes del Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, Tula  Atlantes del Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, Tula

En la parte superior se levantaba un templo que tenía en la fachada dos columnas con forma de serpiente, con la cabeza hacia abajo y la cola hacia arriba, que sostenían los arquitrabes. El resto del templo tenía cuatro altas pilastras, labradas con figuras de guerreros provistos de atlatl o estolicas, dardos, escudos y pectorales en forma de mariposa; símbolos de la tierra, y otros motivos.

Por detrás de este edificio había un alto muro, rematado con caracolas cortadas por la mitad (símbolo del viento) y un ancho friso decorado con bajorrelieves y rematado con cenefas de grecas. El motivo fundamental era una serpiente engulléndose a un ser esquelético (simbolizando la Tierra tragándose a Venus).

Serpiente emplumada engulléndose a un ser esquelético (simbolizando la Tierra tragándose a Venus)   El dios Quetzalcóatl

Después del templo de la Estrella Matutina viene el llamado Palacio Quemado, con su pórtico de pilastras recubiertas por cuatro grandes losas. En su interior se observan dos modalidades: la presencia de altares en cuyo frente hay un Chac Mool, y las banquetas adosadas a los muros, formadas por talud, cornisa y friso con bajorrelieves pintados. Los bancos o banquetas re producen procesiones de guerreros y sacerdotes con lujosa indumentaria, mientras que los Chac Mool representan a guerreros recostados, con un recipiente sobre el vientre, esperando los corazones humanos del sacrificio.

Probablemente fue un edificio administrativo, utilizado para reuniones, recepciones y asuntos tributarios. También debió de servir de lugar para jugar al patolli, ya que en el suelo estan señaladas tres planchas para este juego.

En el periodo de preeminencia de Tula, el asentamiento de Cholula, en la región mexicana de Puebla, estaba en auge. La riqueza y el prestigio de la ciudad eran tales que su pirámide fue reconstruida hasta una altura de 55 metros. Esto hace pensar a algunos historiadores si en realidad Cholula era una aliada o una rival de Tula.





Bibliografía

- ALCINA FRANCH, José.: Las culturas precolombinas de América, Alianza, Madrid, 2001.

- CIUDAD, A.: Las culturas del antiguo México, Alhambra, Madrid, 1989.

- DAVIES, N.: The toltecas until the fall of Tula, University of Oklahoma, Norman, 1977.

- DIEL, R. A.: Tula. The Toltec Capital of ancient Mexico, Thames and Hudson, Londres, 1983.

- PIÑA CHAN, R.: Una visión del México prehispánico, UNAM, México, 1967.



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DATOS DE LA AUTORA:

Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga, España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Directora de la Revista Científica de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.