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NOTICIAS | ARTE Y CULTURA

François Pinault abre un nuevo museo en Venecia

El magnate François Pinault abre en Venecia un nuevo espacio para su colección. La antigua aduana de Venecia, restaurada por el arquitecto japonés Tadao Ando, se convierte así en la segunda sede de la colección de este multimillonario francés, la primera, también en esta ciudad es el Palazzo Grassi.


HOMINES.COM | [04/06/2009]

La antigua aduana de Venecia es ahora un museo de arte contemporáneo tras una enorme intervención del arquitecto japonés Tadao Ando. Este museo debe su nacimiento al multimillonario francés François Pinault, quien se mostraba exultante ayer en la presentación del nuevo centro, que exhibe parte de su colección y que abrirá al público el próximo sábado, víspera del inicio de la 53ª edición de la Bienal de Venecia.
Pinault ganó en 2007 el concurso convocado por el Ayuntamiento de Venecia, para restaurar el antiguo edificio del siglo XVII, abandonado y casi en ruinas. Competía por dotar al lugar de un nuevo museo con la Fundación Guggenheim, que aportaba un proyecto de Zaha Hadid.
Dos años de trabajo y 20 millones de euros han tornado sus 5.000 metros cuadrados en un impresionante museo. La restauración del inmueble dirigida por Ando parece respetuosa. Ha eliminado los muchos añadidos al edificio construido por Giuseppe Benoni en 1675. También ha recuperado el revestimiento inicial de ladrillo y las vigas de madera de sus nueve grandes naves. Sólo ha mantenido un añadido posterior; en el centro del triángulo que conforma una especie de patio cuadrangular en el que ha creado un cubo de hormigón tratado flanqueado por dos escaleras al piso superior.
La exposición, 300 de las más de 2.500 obras de la colección de Pinault, se presenta bajo el título de ‘Mapping the studio’, título de un conocido vídeo de Bruce Nauman y se supone que quiere mostrar el paralelismo entre ‘la dimensión íntima del estudio del artista y la visión personal y apasionada de un coleccionista’, según los comisarios Alison M. Gingeras y Francesco Bonami.
El arco cronológico es amplio, desde los cincuenta (Fontana) hasta hoy, con abundancia de piezas realizadas en la última década. Ofrece algunos elementos de reflexión. Como la constante alternancia entre la pulsión de muerte y de juego que aparece en muchas de las obras. Por ejemplo, en Fucking Hell, nueve vitrinas de los hermanos Chapman (reconstruidas después de su destrucción en un incendio en 2000) en las que se recrea a modo de dioramas el infierno nazi transformando los escenarios bélicos y campos de concentración en una especie de abismo lleno de orcos sanguinarios, cadáveres despedazados y cerdos comiendo las entrañas de los caídos.
Maurizio Cattelan, que parece junto a Cy Twombly (omnipresente) un artista fetiche de Pinault, también juega al morbo con unas esculturas que se asemejan a cadáveres amortajados. Y calaveras, de diferentes colores, también son ofrecidas por Cady Noland. La ironía o el juego con los dramas contemporáneos ha sido una constante en el arte de los últimos años y no es extraño que aparezca en la colección de Pinault. La provocadora escultura de un Bush en plena bacanal orgiástica consigo mismo de Paul McCarthy es un buen ejemplo. Robert Gober empapela la sala de sexos masculinos y femeninos y Takashi Murakami convierte en monumental arabesco el semen que desprende el personaje de manga de su divertida escultura.
Hay piezas muy radicales, como el caballo empotrado en la pared, de Mauricio Cattelan; también, que dan miedo como ‘Efficiency Men’, de Thomas Schütte; y las hay que provocan la risa, como el panda y la rata girando sobre nosotros, que firman Fischli & Weiss.
A pesar de la espectacularidad de las piezas, lo más destacado, sin duda, de la Punta della Dogana, que así se llama el edificio, es el propio espacio, dividido en nueve naves: una fachada de 75 metros de longitud con 20 puertas y espléndidos balcones que nos regalan vistas inolvidables del Gran Canal. El arquitecto japonés ha creado en su interior una caja de hormigón, que él define como el mármol de la arquitectura contemporánea, recuperando la arquitectura original de la Aduana, pero transformando al mismo tiempo, y radicalmente, el espacio.

Inauguración de Punta della Dogana a la que asistió François Pinault

Interior del nuevo museo

  Imagen: Inauguración de Punta della Dogana a la que asistió François Pinault.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
   



 

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