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Los peligros del río: Mystic river
Mario Rodríguez Guerras
12/12/2012



FICHA TÉCNICA DE ‘MYSTIC RIVER’

Mystic river+ Dirección: Clint Eastwood
+ Guión:
Brian Helgeland basado en la novela de Dennis Lehane
+ País: EE.UU. y Australia
+ Año: 2003
+ Duración
: 138 min.
Interpretación
: Sean Penn (Jimmy Markum); Tim Robbins (Dave Boyle); Kevin Bacon (Sean Devine); Laurence Fishburne (Whitey Powers); Marcia Gay Harden (Celeste Boyle); Laura Linney (Annabeth Markum); Kevin Chapman (Val Savage); Tom Guiry (Brendan Harris); Emmy Rossum (Katie Markum); Spencer Treat Clark (Silent Ray Harris); Andrew Mackin (John O'Shea); Adam Nelson (Nick Savage); Robert Wahlberg (Kevin Savage); Jenny O'Hara (Esther Harris); John Doman (Conductor).
+ Producción: Bruce Berman, Clint Eastwood, Judie Hoyt y Robert Lorenz
+ Música: Clint Eastwood
+ Fotografía: Tom Stern
+ Montaje: Joel Cox
+ Diseño de producción: Henry Bumstead
+ Vestuario: Deborah Hopper


La novela en la que está basada esta película narra la historia de tres hombres que crecieron juntos en Boston: Dave Boyle, Sean Devine y Jimmy Marcus. Dave es secuestrado por dos abusadores sexuales mientras jugaba con Sean y Jimmy. Dave escapa y regresa a su casa varios días después, traumatizado por la experiencia.

Veinticinco años después, Sean es un detective de homicidios, Jimmy es un ex convicto y el dueño de una tienda de conveniencia y Dave continúa traumatizado. La hija de Jimmy desaparece y es asesinada de forma brutal en un parque de la ciudad. En esa misma noche, Dave regresa a su casa cubierto de sangre. Sean es asignado al caso y las vidas de los tres amigos se vuelven a encontrar [Nota 1]. Como supongo que es sabido, al final, Jimmy mata a su amigo Dave por creerle culpable de la muerte de su hija, justo cuando se descubre quien lo había hecho…


Sobre las críticas

La película, dirigida por Clint Eastwood, ha recibido una crítica muy favorable tanto por la dirección como la actuación, logrando varios globos de oro y dos premios Oscar, todos ellos merecidos.

En contra, aparecen algunas críticas sobre el desarrollo de los hechos que afectan más a la novela original que a la adaptación del guión, lo que no afecta a la labor de Eastwood, en todo caso, a la valoración de la elección que hizo de esta obra. Las críticas más relevantes son aquellas que plantean las coincidencias de los sucesos para crear el drama y para resolverlo.

Algunas otras críticas se refieren a la poca importancia que tienen las figuras femeninas que, siendo figuras secundarias en la historia, resultan importantes a la hora de justificar la postura de todos los personajes al final de la obra puesto que a nadie parece importarle lo ocurrido, ya que todos aceptan los hechos, primero, la mujer del muerto y la del asesino, y, luego, el policía que no interviene para detener a Jimmy.

    

Nosotros no creemos que la coincidencia de los dos delitos que dan lugar a las dudas (el asesinato de la hija de Jimmy y el homicidio que comete Dave) sea algo cuestionable puesto que, de no haberse producido alguna confusión, nunca se hubiera podido generar el drama que presenta la novela y la actuación de Jimmy sería la de un demente y no la de un padre vengativo.

Solo existen tres motivos que generen un drama, la maldad, el error y los intereses enfrentados. La confusión es asimilable al error y origen adecuado del conflicto de la narración. La coincidencia de los sucesos finales es un recurso literario muy frecuente en el cine y muy adecuado en este caso. En nada afecta a la decisión de Jimmy el que los autores del crimen de la niña sean descubiertos ahora o dentro de un año y, de haber sido resuelto antes ese delito, tampoco, veríamos el drama.

El descubrimiento de los asesinos de la niña debe mostrarse en ese momento para que el espectador pueda realizar una valoración de lo que está viendo en un lugar con lo que ocurre en otro puesto que la interpretación de los hechos resulta distinta con los datos que posee Jimmy y con los que proporciona la policía. Además, en contraposición al crimen, es necesario presentar, en algún momento, el triunfo de la justicia sobre la injusticia y el consuelo de saber que, frente a la ocultación de hechos inherente al crimen, existe la certeza del descubrimiento de la verdad. El conocimiento de esos hechos produce espanto en el espectador por partida doble, por un lado, por la violencia propia de la muerte de Dave, por otro, por la injusta conclusión que le motiva y que aumenta la tensión de la escena.

  

Pero, más interesante que una crítica literaria, es un análisis de su contenido, es decir, de los principios que guían los actos de los personajes. Y, precisamente, lo que se debe valorar en la amplia obra de Eastwood es la autonomía que este director reconoce a los individuos de sus historias.

Ahora bien, esa autonomía debe ser la de un hombre noble y, en la obra que analizamos, Jimmy no alcanza esa categoría por lo que el objetivo principal de Eastwood queda muy confundido y la acción de cualquier otro hombre noble podría quedar, en el futuro, en entredicho.

La primera cuestión que debemos plantear para analizar esta obra es la del conocimiento de los hechos que tiene Jimmy y, en ella, vemos dos aspectos, primero, que no parece que Jimmy pueda tener la seguridad absoluta de lo que ha ocurrido, puesto que fuerza la confesión de Dave. Pero, lo más grave, es que el indicio de la intervención de Dave no le obtiene directamente sino que esa información hace un recorrido por la boca de ambas esposas antes de llegar a él.

Esta falta de autonomía que debe poseer el hombre noble, también, es evidente en la trampa que prepara para atraer a Dave al lugar de su encuentro. Ni lo hace personalmente ni lo hace exponiendo la verdad, al contrario, Jimmy encarga a unos amigos esa labor y les pide que lo hagan con engaños. Estos hombres aceptan participar en un crimen sin cuestionar lo que se les encarga y sin que haya quedado claro que lo hagan por amistad ciega o por ser su modo de vida.

Todo el desarrollo de la ejecución de Dave, desde la invitación que le hacen hasta que Jimmy le asesta una puñalada y su socio le remata con un tiro, es más propio de una película de mafiosos, en las cuales, con mucha frecuencia, se recrean escenas muy similares, que de un acto de justicia eterna. Así, se descubre que Jimmy no es más que un delincuente y que toda su conducta es inmoral. En esta obra, no hay nada que exaltar, ni a Jimmy, ni a las mujeres, ni a Sean, el policía, salvo la agresión de Dave a un delincuente en un ejercicio de su autonomía.

   

La impunidad del delito de Jimmy y su aceptación general solo se entiende en el antiguo Oeste, en donde no existía otra ley que la ley del más fuerte; en países actuales en los que la violencia está tan generalizada que se ha dejado de dar valor a la vida humana y de condenar los actos que la siegan; o en círculos o lugares habitados por fanáticos que piensan que todo vale para lograr sus fines. En ese contexto, la obra sería una descripción de hechos, es decir, sería simple realismo carente de ninguna valoración moral. Pero, por el contrario, en la obra, no se muestran otras crudas situaciones que permitan identificar este sentido y el autor, sin proporcionar los elementos que permitan definir la obra como realista, como crítica social, como fábula moral o como supuesta historia real, parece aspirar a justificar de una manera absoluta el derecho del individuo al ejercicio de su voluntad por encima de la ajena, lo cual, como hemos dicho, es el contenido de las obras de Eastwood y bien pudiera haber sido la causa de la elección de esta obra para llevarla al cine. Pero, en este caso, creemos que el contenido ha sido malentendido por parte del director y que las circunstancias en las que cabe hablar de autonomía, la cual defendemos por encima de todo y de todos pero en las circunstancias adecuadas, no se cumplen y bajo el nombre de la autonomía se está consagrando el delito.

En este sentido, el último aspecto que mencionamos para demostrar la injustificada actuación de Jimmy es que no había motivo alguno para suponer que la policía no pudiera descubrir la verdad y que la justicia no pudiera condenarle. La justicia eterna exige, en nuestro mundo civilizado, que los órganos de la administración no puedan o no quieran perseguir y condenar, en justa proporción al delito, al culpable.

Otras muchas obras de literatura, cine y televisión muestran cómo la imposibilidad de alcanzar justicia obliga al protagonista a ejercerla por su cuenta con pleno derecho. Pero, en esta obra, la policía no estaba confundiendo la dirección de las investigaciones ni entorpeciéndolas. Jimmy no tenía justificación alguna para actuar por su cuenta, y obró como lo hizo por una falta de control de sus emociones.

   

Llevando demasiado lejos el derecho a la autonomía, la novela escrita por Dennis Lehane no muestra más que un acto de ciega venganza realizado por un delincuente acostumbrado a hacer su voluntad sin someterse a ningún código ético. En esta obra, ni se refleja el drama de la existencia, por la contradicción entre los intereses personales y los sociales, ni la lucha contra los poderosos que abusan de su autoridad quebrando los derechos o la voluntad ajena. Quien actúa de tal forma en casos como este, actúa igual en todos. Será un ser muy agradable socialmente pero muy peligroso en sus relaciones particulares, lo que no muestra la novela y eso genera una indeseada confusión, algo habitual en muchas situaciones de la narración. Podemos mostrar otro ejemplo de cómo la cinta presenta situaciones que no desarrolla y generan indefinición de los fines que se persiguen. La historia bien podría haber planteado el problema del conocimiento de la verdad según la interpretación de los hechos por cada individuo según su punto de vista personal y el error que produce una conclusión afectada por la pasión. No profundizar en este aspecto del conocimiento hace que tome relevancia la única cuestión que recrea con detalle, el derecho, en cualquier caso, a la venganza.

La falta de valoraciones morales; la renuncia o incapacidad para definir las circunstancias exactas de los personajes y su ética; y la aceptación de los hechos por parte de los personajes de la historia, son factores que parecen dispuestos deliberadamente para conducir a los espectadores a aceptar, también, la solución ofrecida. Nosotros sentimos la obligación de prevenirles contra ese error. Si la obra se hubiera presentado como una tragedia clásica, debería haberse ofrecido una valoración que no convenía a los intereses del autor; si la obra hubiera tenido el carácter de una novela negra, los acontecimientos se descalificarían por sí solos; pero si, astutamente, se evita aclarar las circunstancias, entonces, cualquier solución puede ser aceptable puesto que no sabemos en qué contexto se adopta. La verdad y la claridad no convienen a la defensa de intereses particulares a los que resultan beneficiosos el error y la confusión. Descubierto el juego del autor, no cabe ofrecer elogios al contenido de la obra, con independencia de los que merezcan la dirección y la actuación en la adaptación cinematográfica. La obra es completamente inmoral, no presenta las condiciones que confieren legitimidad a los actos que se producen ni al respeto que se les otorga y, junto al desprecio por la ley, se impone el respeto a las consideraciones personales, también, por encima de la verdad. Esto es ir demasiado lejos.



Nota 1: Extraído de Wikipedia.