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Fluxus y Beuys: de la acción de arte a la plástica social
Adolfo Vásquez Rocca
05/08/2009


Fluxus es informalmente organizado en 1962 por George Maciunas (1931-1978). Este movimiento artístico tuvo expresiones en Estados Unidos, Europa y Japón: en el movimiento Fluxus, figuran artistas como Joseph Beuys , Nam June Paik, George Maciunas, entre otros.

Fluxus se desarrolla a partir del nuevo interés que surge tanto en Estados Unidos como en Europa por el dadá y la figura de John Cage. Opuesto a la tradición artística este movimiento busca ante todo la fusión y la mezcla de todas las prácticas artísticas: música, acción, artes plásticas. Una vez elegido el nombre del movimiento Maciunas edita una antología vanguardista elaborada por Young y proyecta una publicación que refleja el estado de flujo en que se funden las artes. En 1962 Maciunas organiza una gran 'Gira Fluxus' que dura hasta 1964, pasando por Moscú, Tokyo y Berlín. En 1963 Joseph Beuys se une a Fluxus en Düsseldorf y los conciertos del grupo de multiplican por toda Europa. Esta efervescencia de Fluxus va acompañada de panfletos, sellos, carteles, películas y cajas que se reeditan muchas veces. En Fluxus se mezcla la alta cultura con la popular, el arte, el juego, lo insignificante y un inexistente valor mercantil del producto o acciones realizadas.

Como Dadá, Fluxus escapa de toda tentativa de definición o de categorización. El lenguaje no es el fin, sino el medio para una noción renovada del arte, entendido como ‘arte total’.

  

Fluxus es antes que todo un estado de ánimo, un modo de vida impregnado de una soberbia libertad de pensar, de expresar y de elegir. De cierta manera Fluxus nunca existió, no sabemos cuándo nació, luego no hay razón para que termine.

La revolución artística de Fluxus –intrínsecamente vital– incitada por el presente y dirigida hacia el futuro, creó la noción de que cada individuo constituye una obra de arte en sí mismo y que la vida se puede entender como una composición artística global.

Los atributos singulares de los conciertos Fluxus y sus arreglos – por poner sólo un ejemplo– son un reconocimiento al carácter aleatorio de la realidad.

Pareciera que para justificar el estatus elitista, profesional y parasitario del artista en la sociedad, debe demostrar su indispensabilidad y exclusividad, debe demostrar la dependencia del público con respecto a él, debe demostrar que nadie más que el artista puede hacer arte. Por lo tanto, el arte debe parecer complejo, pretencioso, profundo, serio, intelectual, inspirado, habilidoso, significativo, teatral.

Debe parecer calculable como una mercancía, de modo que le proporcione un ingreso al artista.
Para elevar su valor (el ingreso del artista y la ganancia de sus patrocinadores), el arte se hace para que parezca raro, de cantidad limitada y por lo tanto accesible sólo para la élite social y las instituciones.

    

Por lo tanto, el arte entendido como creatividad y praxis lúdica, esto es, como diversión debe ser simple, divertido, no pretencioso, preocupado por las insignificancias, que no requiera habilidades o ensayos interminables, que no tenga valor ni institucional ni como mercancía. En Fluxus esta pues en juego la idea de arte como diversión, como desenfado.

El valor del arte-diversión debe reducirse haciéndolo ilimitado, producido en masa, obtenible por todos y eventualmente producido por todos. El arte-diversión fluxus es la retaguardia sin ninguna pretensión impulso de participar en la competencia de ‘legar a otro nivel’ con la vanguardia. Apela por las cualidades monoestructurales y no teatrales del evento natural simple, un juego o una broma. Es la fusión del Vaudeville de Spike Jones, la broma, los juegos de niños y Duchamp [Nota 1].

Más que de un planteamiento positivo, Fluxus se define a partir de lo que no pretende. Como acontecimiento que surge de manera espontánea, se atiene al instante del ser y acepta su propio carácter efímero. Sus acciones y performances rechazan la repetición. La distancia temporal hacia los acontecimientos es casi insuperable.
Y así, en sentido estricto, Fluxus sólo puede ser difundido a partir de una contradicción constitutiva, es decir, como documentación, mediante fotografías, apuntes, objetos-reliquia, múltiples y publicaciones
[Nota 2].

Las primeras actividades de Fluxus se llevaron a cabo a principios de los años 60. El campo de tensión de los múltiples movimientos anti-arte que sucedieron las ideas de Marcel Duchamp -neo-dada en Nueva York, nouveau réalisme en París, Zero en Düsseldorf- permitió una libre exploración de la realidad y cuestionó el significado tradicional de los medios artísticos. En el intento de reconciliar el arte con la vida se basó un importante impulso para el surgimiento de nuevas formas artísticas que no se centraban en la producción de artefactos, sino en la acción y la participación activa del público, la interactividad.

       

La estética que inspiraba al movimiento provenía de Estados Unidos. John Cage la había impreso del espíritu de la música; de esta manera, Fluxus se deriva no tanto de la historia evolutiva de las artes plásticas sino, sobre todo, de la música experimental. En esta conexión de pensamiento radica también el motivo de la transposición de límites mediáticos que caracterizó desde el inicio sus actividades. Fluxus reunió a músicos, literatos y artistas plásticos en producciones conjuntas y encontró una expresión sensorial en conciertos, eventos, manifiestos y ediciones.

Este proceso encuentra su punto de mayor alcance en la formulación del concepto ampliado de arte y en la búsqueda de la consecución de la obra de arte total [Nota 3]. ‘Esta formula –y esta búsqueda– la practicó Joseph Beuys cuando quiso articular vitalmente lo ético, lo político y lo artístico, la intentó –también– Marcel Duchamp cuando afirmó su idea de arte como filosofía crítica y la explotó Andy Warhol gracias a su prodigiosa habilidad para disolver todo gesto artístico en la esfera de las comunicaciones y el mercado o, en otra palabras, volver la mercancía obra de arte’ [Nota 4].

Beuys y Fluxus; la plástica social

La carrera artística desarrollada por Beuys se halla estrechamente relacionada con el movimiento Fluxus espacio – que como se ha visto – se abre a la imaginación como espacio ideológico, que atiende, prioritariamente, a la defensa de la acción como objeto artístico.

En las propuestas de Beuys se alienta el espíritu vanguardista que intenta identificar arte y vida, y proclamar que todo ser humano es depositario de una fuerza creativa. Para Beuys, esa fuerza creativa universal se revela en el trabajo. Y, por tanto, la tarea del artista no es, en su raíz, distinta de la de los no artistas.

    

Beuys solía decir ‘estoy a favor del arte’ y ‘a favor del anti-arte’. Beuys no deseaba producir un anti-arte que ocupara los museos como alternativa, sino uno que abriera los museos pero sobre todo, que abriera nuevas posibilidades al hombre. Deseaba que éste recuperara su contacto con la animalidad [Nota 5] y las plantas [Nota 6], así como con los ángeles y la dimensión espiritual del arte.

La consecuencia más importante de estas concepciones en el desplazamiento del centro de interés creativo. Beuys no buscaba producir objetos, ‘obras’, sino acciones. Beuys ambiciona la condición del nómada. En el reino del hombre urbano sedentario, quiere ser desplazamiento continuo. Lo nómada es la existencia en un lugar que es camino hacia todos los lugares. Es goce del movimiento; es proyección hacia el volumen completo del espacio [Nota 7]


Beuys se califica a sí mismo como escultor social; precisamente este es un punto de inflexión donde su arte deviene política o más exactamente en bio-política. Qué es política, sino dar forma a la vida de un pueblo. La política como arte, el arte como política, en el continuum arte–vida. La corriente vital que es el lenguaje... La idea de un pueblo esta ligada de forma muy elemental a su lengua; un pueblo no es una raza !. Estas convicciones han llevado a Beuys a desarrollar su concepto de escultura social que se origina en el discurso y el pensamiento que lo aprende y los conceptos que dan forma a la emoción y el deseo. De esta manera la verdadera historia de la invención del pueblo vendrá en manos del artista chamán en tanto que es quien convoca sobre sí los poderes ancestrales, las agitaciones y la verdadera razón de estar juntos. Beuys a este respecto señala: 'Si quiero crear un concepto revolucionario del hombre, tengo que hablar sobre todos los poderes que están relacionados con él. Para establecer sus lazos descendientes con animales, plantas y naturaleza, así como sus vínculos ascendentes... tendré que hablar de todos los poderes de nuevo'.


Nota 1: Manifesto on Art / Fluxus Art Amusement by George Maciunas, 1965.

Nota 2 : ZELLER, Ursula, Extractos del Catálogo Fluxus, MAC, Agosto, 2005.

Nota 3 : Vásquez Rocca, Adolfo : "Joseph Beuys 'Cada hombre, un artista'; Los Documenta de Kassel o el Arte abandona la galería" En Revista Almiar, MARGEN CERO, MADRID, Nº 37 - diciembre de 2007 - Margen Cero © , Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807. http://www.margencero.com/articulos/new/joseph_beuys.htmll

Nota 4 : VALENCIA CARDONA, Mario A., “Los orígenes del arte crítico: La metáfora Rothko”, En Revista de Ciencias Humanas, UTP, 2005.

Nota 5 : El devenir animal – informe para una academia-.

Nota 6: Homeopatía.

Nota 7 : IERARDO, Esteban.: “La liebre y el coyote; encuentros con lo animal y lo secreto en la obra de Joseph Beuys”, en Temakel, 2005.

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DATOS DEL AUTOR:

Adolfo Vásquez Rocca, Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.