sumario
arte
contacta
 


Última restauración y nuevas aportaciones
Chantal Martínez Fernández
26/08/2005


 

[Nota 1] A pesar de que el estado de conservación de los órganos era, en general, bastante aceptable, la acumulación de polvo y la oxidación de los barnices hacían necesaria una intervención. Las labores de conservación y restauración se efectuaron durante cinco meses (desde noviembre de 2000 hasta marzo de 2001) y fueron llevadas a cabo por cuatro profesionales para la caja, y otro equipo más extenso compuesto por unos ocho o nueve restauradores especializados en la maquinaria interna cuyo trabajo aún perdura. Esta intervención ha permitido descubrir nuevos detalles en torno a la policromía y materiales de la caja. Si ya nos parecía soberbia la obra trazada por José Martín de Aldehuela, las últimas intervenciones han venido a subrayar y a ensalzar más aún, si cabe, la calidad de la misma.

En general, el estado de conservación de las cajas de los órganos de la Catedral era, como ya hemos dicho, bastante aceptable si bien en la parte inferior se apreciaban algunas grietas consecuencia de los naturales movimientos de la madera de pino. Además, esta madera había sido atacada por xilófagos aunque la estructura no mostraba daños considerables, no obstante, se procedió una desinsectación preventiva. La policromía y los dorados tampoco mostraban problemas serios de pérdida, si bien la acumulación de polvo y la oxidación de los barnices habían oscurecido considerablemente el aspecto exterior del conjunto. Sin duda alguna, la buena conservación de las cajas se debe, en gran medida, a la maestría con la que Gregorio Ortiz y José Romero la policromaron y doraron. Al contrario que en muchas obras de aspecto rico y suntuoso en las que el pan de oro está aplicado en finísimas láminas casi inapreciables, los órganos de la Catedral de Málaga están dorados con gruesas capas de oro y de plata aplicadas mediante la técnica de bol rojo.

Sin embargo, uno de los descubrimientos más interesantes respecto a la policromía de estos monumentales órganos es que el pigmento utilizado para dar color al conjunto de la caja no era verde sino Azul de Prusia. La técnica que se empleó fue el temple al huevo la cual aseguraba un resultado muy estable y duradero ya que son pocas las zonas donde se observaban pérdidas de policromía. Se trataría, pues, de un pigmento costosísimo que cambiaría completamente el sentido del conjunto, famoso hasta ahora por sus tonalidades verde pastel. La acumulación de polvo, suciedad adherida y la natural oxidación de los barnices, ha provocado una alteración de los colores, de manera que lo que en origen es de tonalidades azuladas ha sufrido una viración hacia tonos verdosos que altera, si no modifica completamente, el sentido estético del conjunto. Sin embargo, aunque se podría haber rescatado el color original del órgano, el Sr. Deán Don Francisco García Mota, consideró que el impacto visual que causaría este rescate del pigmento azul sería demasiado violento. De este modo, la intervención se limitó a una limpieza del barniz oxidado y una consolidación preventiva dejando, eso sí, algunas catas donde la limpieza es absoluta para observar el color original del conjunto.

Al observar el elevado coste de los materiales comprendemos que realmente el Cabildo y el Obispo Molina Lario no escatimaron en medios a la hora de afrontar la monumental construcción. Y es que, una vez introducidos en la dinámica constructiva del proyecto de Julián de la Orden, ¿por qué no emplear todos los medios materiales y económicos para que los órganos fueran realmente únicos?. Sin duda alguna, la atención que el Obispo Molina Lario prestó a su obra fue extrema como revela esa riqueza y el excelente cuidado con el que fueron construidos los órganos en todas y cada una de sus partes. Es importante señalar que, a raíz de esta última restauración, se han analizado cuidadosamente las diversas esculturas, revelando un trabajo magnífico por parte de Juan de Salazar y Antonio Medina. Y es que, a diferencia de otras esculturas situadas en lugares elevados, estas tallas están realizadas con sumo cuidado y esmero dando lugar a obras de una calidad excelente que no desmerecen en absoluto cuando se las observa desde cerca. Es particularmente interesante el tratamiento de las carnaciones con pigmentos diluidos en aceite de linaza y con capas de cera posteriores para conseguir un aspecto sedoso y satinado en la piel. Del mismo modo, la policromía está aplicada de manera exquisita y con una excelente maestría y dominio de la técnica del estofado en los ropajes.

El criterio general de intervención ha sido la conservación, partiendo de la idea de recuperar todos los elementos decorativos del instrumento para que, una vez finalizado todo el proceso, vuelvan a proporcionar el grado de consolidación y resistencia necesarias para la función que deben desarrollar. A nivel estético, el principio que se ha seguido ha sido el de devolver, en la medida de lo posible, el estado original del conjunto jugando con la integración de todas y cada una de las partes para lograr una correcta lectura de la obra de arte. Los tratamientos que se han aplicado cumplen los requisitos de reversibilidad, compatibilidad y estabilidad.

Como ya hemos dicho, la restauración de la caja del órgano de la Epístola se terminó en el mes de marzo de 2001, sin embargo, las labores de afinado y puesta a punto de la maquinaria interna aún perduran. Se está intentando encontrar una comunión completa entre las tonalidades de los dos órganos para que la armonía sea total, sin embargo, la restauración de la caja del otro órgano aún no se ha concretado aunque todo hace suponer que el estado de conservación del órgano del lado del Evangelio es aún mucho mejor ya que ha sido el más usado.

Sin duda alguna y a pesar de que aún tenemos que esperar para ver los dos órganos completamente restaurados, esta intervención supone un paso importantísimo en la revalorización de estos monumentales instrumentos. Durante más de un siglo estas complejísimas y enormes maquinarias no han sido atendidas como debieran, ésto se ha traducido en fugas de aire, traspasos en los Secretos del Gran Órgano, desajustes de mecánica, desafinaciones, etc. Sin embargo, el estado de conservación general era bastante aceptable lo que nos da una idea de la magnífica calidad de la obra. Estamos ante los órganos clásicos españoles más grandes de los que se conservan y quizás los más interesantes en muchos aspectos, por ello deben ser conservados en toda su magnificencia y grandiosidad atendiendo a sus necesidades técnicas y a sus valores formales como obra de arte única y parte fundamental de nuestro rico Patrimonio Cultural.


El presente artículo forma parte de un estudio más amplio sobre el Órgano de la Catedral de Málaga, compuesto por tres partes, que en breve será publicado íntegramente:
- Breve Historia del Órgano de la Catedral de Málaga
- Los Órganos de D. Julián de la Orden: El gran proyecto final
- Última restauración y nuevas aportaciones



Bibliografía

- BOLEA Y SINTAS, M., Descripción histórica que de la Catedral de Málaga hace su canónigo doctoral D. Miguel Bolea y Sintas abogado de los Ilustres Colegios de Málaga y Almería e individuo correspondiente de la Real Academia de la Historia, Málaga, Universidad, 1998.

- CAMACHO MARTÍNEZ, R., "Los órganos de la Catedral de Málaga. Análisis estilístico y documental", Cuadernos de Arte, Granada, Universidad, 1984.

- GALLEGO, J., Visión y símbolos en la pintura española del Siglo de Oro, Madrid, Cátedra, 1996.

- JAMBOU, L., "Historia del órgano español. ¿Clave para su restauración o renovación?", El Órgano Español. Actas del Primer Congreso 27-29 Octubre de 1981, Madrid, Universidad Complutense, 1983.

- LLORDÉN, A., Notas de los maestros organeros que trabajaron en Málaga, Anuario Musical, vol. XIII, Barcelona, 1958.

- MARTÍNEZ SOLAESA, A., Catedral de Málaga. Órganos y música en su entorno, Málaga, Studia Malacitana, 1996.

- MARTÍNEZ SOLAESA, A., Órganos en la provincia de Málaga. Catalogación y estudio analítico, Sevilla, Centro de Documentación Musical de Andalucía, 1998.

- MEDINA CONDE, C., Descripción de la Santa Iglesia Catedral de Málaga desde el 1487 de su erección hasta el presente de 1785, Ed. facsímil con introducción de Rosario Camacho Martínez, Málaga, 1978.

- PÉREZ DEL CAMPO, L. y ROMERO TORRES, J. L., La Catedral de Málaga, León, Everest, 1985.

- RIPA, C., Nova Iconologia, Ed. de Lepido Faci, Roma, 1603.

- ROBERTSON, A. y STEVENS, D., Historia General de la Música, Madrid, Itsmo, 1977.



[Nota 1]: Los datos que aquí exponemos están extraídos del Proyecto y presupuesto de restauración de la caja del órgano del lado de la epístola en la Catedral de Málaga dirigido por D. Jorge Balbás Rojo. Información facilitada por Dña. Elisa Quiles Faz.