La sinceridad
es una estrategia de supervivencia. Si intentas expresarte, engañar
está de más. Si no consigues expresarte, te deprimes.
Si tu arte se refiere a exorcizar los miedos y la autoexpresión,
si tú te convences serás convincente para los demás.
Yo no tengo que convencer a nadie de cómo me siento.
Louise Bourgeois
Es una tarde muy calurosa en
esta ciudad mediterránea, pero la exposición Louise
Bourgueois. He estado en el infierno y he vuelto del Museo Picasso
Málaga merece el esfuerzo. Tras recoger la entrada me dirijo
al patio donde está dispuesta la majestuosa pieza de bronce La
araña (1996), de tres metros de altura y casi ocho de diámetro,
cuya belleza te atrapa y te hace sumergirte en el universo de la artista.
Louise Bourgeois (1911-2010), que falleció a los 98 años,
fue una creadora incansable, muestra de ello es esta exposición,
que si bien en ella tiene un peso muy importante su última década,
la mitad de la obra expuesta es posterior al año 2000, también
realiza un repaso por toda su carrera, desde la década de 1930
a 2009.
Bourgeois abordó prácticamente
todos los géneros: las relaciones humanas, la maternidad, el
sexo, la represión; y todas las técnicas: con materiales
orgánicos (la madera, el papel, la tela) e industriales (el cristal,
el bronce), creando una obra autobiográfica y singular.
Antes de comenzar con la exposición de sus obras, visito una
pequeña sala llena de fotografías donde se puede ver a
Louise a lo largo de toda su vida, sus padres, sus amigos, sus hijos,
su marido… es una visión muy entrañable ya que te
da la posibilidad de entrar en su intimidad. Sesenta y cuatro marcos
llenos de una vida intensamente vivida. Además, se proyecta el
documental que Nigel Finch dirigió en 1994 para la BBC, Louise
Bourgeois: No Trespassing, así como un audiovisual producido
por el Museo Picasso Málaga con entrevistas a Jerry Gorovoy,
presidente de la fundación Louise Bourgeois, The Easton Foundation,
Nueva York; a la comisaria de la exposición, Iris Müller-Westermann;
y al director artístico del Museo Picasso Málaga, José
Lebrero Stals. Un buen preámbulo a la muestra ya que no hubo
en el siglo XX, alguien cuya obra esté tan ligada a su biografía.
Ahora sí nos adentramos de lleno en la obra de Bourgeois, a través
de las 101 piezas de la muestra, vemos a una mujer que esculpía
sus traumas, cosía sus culpas y dibujaba sus obsesiones.
La muestra, dividida en nueve unidades temáticas, dejando a un
lado la cronología, comienza con La fugitiva (The
Runaway, 1938), obra que da nombre a la sala, donde junto con Mujer
atrapada en su casa (Femme Maison, 1947-1990), aparecen algunos
de los lémures que siempre la persiguieron, la incompatibilidad
de ser madre y esposa a la vez que artista.
En “Soledad”,
nos encontramos con las primeras esculturas que realizó en madera,
entorno a la década de los 50, con personajes que evocan a los
amigos que dejó en Francia, se estableció en Nueva York
en 1938 con su marido el historiador del arte norteamericano Robert
Goldwater, y eso le produjo un enorme vacío, una gran sensación
de soledad, de ahí el título de la sala. Estas piezas
contrastan con las realizadas medio siglo después, y que representan
con una acumulación de cojines rojos su inestabilidad en el amor.
La tercera sala, para mí una de las más inquietantes,
está dedicada al “Trauma”, vemos una cabeza con cinco
caras (Sin título, 2002), esculturas sin cabeza (Pareja,
1996), una cabeza rosa colgada bocabajo dentro de un armario (The
Hidden post, 2004) o un perchero del que cuelgan prendas y huesos
(Sin título, 1996), todo ello nos habla del intenso
sufrimiento de la artista, de lo que le persigue, de sus miedos.
En “Fragilidad”, de nuevo nos encontramos con cabezas colgadas
del revés, en concreto cinco que representan a su familia, ella,
su marido y sus tres hijos, en clara representación de la imposibilidad
de compatibilizar su carrera con su deber de esposa y madre. También
observamos otras esculturas y dibujos en este espacio que reflexionan
sobre la maternidad. Pero la obra en la que hay que detenerse es El
desafío (Le Défi, 1994), un sobrecogedor
armario repleto de frascos de cristal, todos vacíos, tan sólo
uno tiene algo en su interior, huesos. Preside, por así decirlo,
la sala un enorme grabado Santa Sebastiana (2002), donde un
cuerpo voluptuoso de mujer sin cabeza está atravesado con flechas.
Pasamos por “Estudios del natural”
y “Movimiento eterno”, donde vemos piezas como Torso,
autorretrato (1963-1964) donde reduce al mínimo el cuerpo,
o Arco de Histeria (Arch of Hysteria, 1993), escultura
de bronce suspendida del techo que representa el cuerpo en tensión,
como si fuese un acróbata realizando una pirueta extrema.
En “Relaciones” se exponen
esculturas casi todas ellas de tela, que abordan todos los tipos de
amor los sufridos y los placenteros. En “Tomar y dar”, sala
centrada en las relaciones humanas, hay que detenerse en A las diez
de la mañana es cuando vienes a mí (10 AM is
When You Come to Me, 2006), donde las manos de la artista y las
de Jerry Gorovoy (su asistente los últimos 30 años, los
más prolíficos de su carrera) trazadas en rojo se van
acercando hasta tocarse.
“Equilibrio”, con el que se pone fin al recorrido, gira
en torno a una obra, muy icónica en su producción, la
celda, Celda XXVII (Cell XXVII, 2004) donde
hay una mujer sentada con una esfera azul entre los brazos, que medita
con total serenidad, rodeada por cinco esculturas-columna a modo de
tótems.
Y es en esta sala donde nos encontramos
con la pieza que da nombre a toda la muestra, un pañuelo con
los bordes azules que Bourgeois tejió en 1996, cuando contaba
con 85 años, y en el que bordó “I have been to hell
and back. And let me tell you, it was wonderful” (He estado en
el infierno y he vuelto. Y déjame que te diga, que fue maravilloso).
La segunda parte del mensaje se ha obviado en el título y me
parece algo desafortunado, ya que habla de su resurgimiento, de que
dentro de lo malo siempre hay algo positivo, en su caso el arte, si
no llega a tener la vida que tuvo no podría haber creado su obra.
La exposición da para mucho, para pensar, valorar y repensar
a esta maravillosa artista, un recorrido que para disfrutarlo se necesita
de al menos dos horas que se hacen cortas, ya que es un deleite para
los sentidos.
_______________________
Para
saber más
- Louise Bourgueois. He estado en el
infierno y he vuelto.
Museo Picasso Málaga. Del 10 de junio al 27 de septiembre
de 2015.
www.museopicassomalaga.org
__________________________
DATOS
DE LA AUTORA:
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de
Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica
de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora
y Directora del portal de Arte y Cultura Homines.com.
