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Escultura griega. Periodo arcaico
Marc Montijano Cañellas y Susana Hermoso-Espinosa García
01/07/2009


En este periodo las esculturas son muy toscas, poco movimiento se puede apreciar en ellas. Falta de expresividad y gran hieratismo, como sucede con las esculturas egipcias. Las características principales de las esculturas arcaicas:

• Los esquemas de composición muy rígidos y compactos, como por ejemplo, brazos pegados al cuerpo y cabeza de cuello grueso.
• Los ojos, la boca y la nariz, sobresalen de manera poco natural, y la boca tiene una sonrisa estática, fija, se la denomina sonrisa arcaica.
• La composición es totalmente frontal y perfectamente recta.

Esta etapa duraría desde finales del siglo VII hasta las guerras persas, es decir hacia el 480 a.C. Los ciento cincuenta años indicados son un largo periodo de estudio, de tanteos, para entender y explotar los límites del material, para crear formas realistas partiendo de un bloque de piedra.

Se avanza hacia un cierto expresionismo con unas imágenes para el culto realizadas en madera, a las que se las denomina Xoana, en las que puede verse un ligero estrechamiento en la cintura. Su hieratismo lo pone en relación con Oriente, como ya hemos destacado.

Hasta nosotros han llegado los modelos realizados en piedra. Uno de ellos es la Dama de Auxerre de finales del siglo VII a.C., una pequeña escultura de 65 cm. de altura cuyo pelo tiene un trenzado típico en las korai, es decir un peinado con trenzas rectas que le caen como si fuera una peluca, lleva un vestido ceñido a su cuerpo con un manto sobre sus hombros. El vestido tiene una simple decoración geométrica por incisión y sigue la idea de los vestidos de diosas minoicas. o la Hera de Samos de la primera mitad del siglo VI a.C.

Dama de Auxerre  Dama de Auxerre  Dama de Auxerre  Dama de Auxerre  Dama de Auxerre

Gracias a los juegos de atletismo se comenzaron a realizar esculturas masculinas, a estas se las denominó Kuroi, imágenes de los atletas vencedores, de pie con los brazos estirados a lo largo del cuerpo, con los puños cerrados, y una de las piernas adelantadas de clara influencia egipcia. No reflejan movimiento alguno y denotan una gran inexpresividad aunque a finales del siglo VII y hasta el V a.C. sufrirán una importante evolución ganando en expresividad y movimiento. Poseen una fuerte geometrización (sobre todo en pelo y torso), y desproporciones entre las distintas partes del cuerpo; con ojos almendrados y abultados; la boca siempre cerrada y con sonrisa arcaica (sonrisa eginética).

Uno de los más conocidos es el Kuros de Milo, el Moscóforo, un joven que lleva un ternero sobre los hombros, se trata de un exvoto dedicado por Rhombos, según consta en la inscripción de la base. Está tallado en una sola pieza de mármol y mide 165 cm.

Kuros de Milo, el Moscóforo  Kuros de Milo, el Moscóforo  Kuros de Milo, el Moscóforo  Kuros de Milo, el Moscóforo

Otros a destacar serían los Kuros de Cleobis y Bitón de Delfos (600 a.C.), obra del escultor Polimedes como indica la inscripción que preside su basa. Se trata de un grupo escultórico. Según cuenta Herodoto eran hijos de una sacerdotisa del Templo de Hera, en Argos. Los dos jóvenes aparecen representados en un tamaño superior al normal, más de dos metros de alto, cuando las tallas estándares suelen oscilar entre el medio metro y el metro. Su tipología y composición es la habitual en los Kurós: rigidez, frontalidad, sentido de bloque y pierna adelantada, en este caso con más motivo, pues son el recurso expresivo para trasladar al espectador la actitud resuelta y valiente de los hermanos. Como es igualmente habitual, están desnudos, y con los brazos pegados al cuerpo y los puños cerrados, postulando de esta forma esa sensación de tensión compositiva.

Kuros de Milo, el Moscóforo  Kuros de Milo, el Moscóforo  Kuros de Milo, el Moscóforo

También se esculpieron Korai, que son las representantes femeninas. Casi todas las conocidas proceden de la Acrópolis de Atenas y son figuras sonrientes, siempre vestidas y con cabellos recogidos en la nuca. Es más importante el estudio de los pliegues que el de la anatomía. Se distinguen dos tipos fundamentalmente, con el peplo dórico (túnica gruesa sin pliegues) y con chitón jónico (de textura fina y con abundantes pliegues); con los dos pies juntos; la mano libre sujeta el vestido o una ofrenda; con sonrisa arcaica.

Son estatuas de carácter religioso, encontradas en los templos. Poseen algo más de naturalismo y siempre están policromadas. La más representativa de estas esculturas es la Koré de la acrópolis, más conocida como Niké o la Victoria alada de Delos.

También destacar la Hera de Samos, todavía muy arcaica, aunque es mucho más estilizada, muestra un especial cuidado en el ropaje. Los pliegues son muy menudos y verticales, se estrecha hacia la parte inferior. El manto tiene pliegues diagonales. La anatomía está ligeramente marcada. Procede del templo consagrado a Hera en la isla de Samos y se puede fechar hacia el 550 a.C.

Hera de Samos  Hera de Samos  Hera de Samos  Hera de Samos

Y la Kore del Peplo, realizada en mármol de Paros y procedente de la Acrópolis ateniense, datada alrededor del 540 a.C y de 120 cm. de altura. Ataviada con una larga túnica, simple y pesada, apenas deja percibir los detalles anatómicos del cuerpo femenino, únicamente marca la cintura y deja intuir los senos. El grosor del paño determina la caída de los pliegues que en el borde inferior aparecen minuciosamente trabajados. Tales elementos confieren a la estructura un aspecto casi ceremonial, que contrasta con la minuciosa y refinada ejecución del peinado, trenzas largas que le cuelgan por delante, y con la delicadeza del rostro. Alrededor de mediados del siglo VI a.C. se introduce la nueva moda procedente de la Grecia oriental, el lujoso peplo jónico, que consistía en abundantes pliegues y que se convertiría en la indumentaria habitual. Sin embargo, esta Koré viste todavía a la manera antigua: el peplo dórico por encima del jitón.

Kore del Peplo  Kore del Peplo  Kore del Peplo  Kore del Peplo  Kore del Peplo

Se aleja de los convencionalismos establecidos adquiriendo una preocupación evidente para plasmar expresividad. La extraordinaria calidad en el modelado de las facciones, la forma más suave y natural de la boca y ojos, y el movimiento del brazo izquierdo son rasgos del avance de la estatuaria griega arcaica hacia un cierto clasicismo.

Otro apartado en la escultura arcaica griega son los relieves. En ésta época se utilizan como decoración templaria, siendo placas para cubrir las metopas o relieves para los frontones. Será precisamente en ellos donde mejor se puede seguir la evolución de la escultura de este periodo. En los ejemplos más tempranos nos encontramos figuras de tamaños decrecientes que se amoldan a la llamada ley del marco.

Se conservan los del primer Hecatompedon del Partenón, del templo de Prinias en Creta. Y el de Artemisa en Corfú, en el que se representa en el centro una Gorgona de unos tres metros de altura, semiarrodillada en la representación convencional del movimiento o la carrera, una de las rodillas, la posterior, roza el suelo.

rtemisa en Corfú

La Gorgona está franqueada por dos leopardos que tienen la cara vuelta hacia el espectador. Estas tres grandes esculturas centran la atención del espectador, sin embargo junto a ellas se encuentran otras dos pequeñas imágenes que representas a un caballo alado y a un joven. Tras el leopardo situado a la izquierda se encontraba, hoy desaparecido, un hombre que proyectaba una lanza hacia una figura sedente, tras este aparecía un cadáver. Conservando la simetría de la composición, en el otro extremo se representaba a Zeus sin barba, semiarrodillado, lanzando un rayo, de nuevo mostrando la cabeza hacia el observado. La Gorgona en este momento no es la criatura malvada del mito posterior, aquí, junto a los animales salvajes cumple la función de guardianes. Es posible que este frontón el caballo alado y el joven sean los hijos de la Gorgona, y estemos ante el nacimiento del mito.

rtemisa en Corfú  rtemisa en Corfú  rtemisa en Corfú  rtemisa en Corfú

Aunque las figuras centrales, la Gorgona, Pegaso y Crisaor parecen ser identificadas con claridad, las figuras laterales son más confusas. Los cadáveres de los extremos serían dos titanes muertos, y los grupos se identificarían con Zeus amenazando al gigante Japeto y la figura sedente podría ser Rhea o Cronos amenazada por Poseidon, aunque otra interpretación afirma de es el anciano rey de Troya, Priamo amenazado por Neoptolomeo, con lo cual nos encontraríamos con otro tema mitológico la Iliupersis, el saqueo de Troya.

También ha llegado a nuestros días el Tesoro de los Sifnios en Delfos. En el frontón se representa el enfrentamiento entre Apolo y Heracles por la posesión del trípode délfico, con la imagen de Zeus en el centro.

El friso está dividido en varios relatos. En el friso oriental se observa un combate frente a las puertas de Troya alrededor de un guerrero caído, a ambos lados del combate aparece un carro. Los caballos parecen girarse con el auriga tras ellos, mientras que los carros no están tallados, sino pintados en el fondo en escorzo. Junto a la contienda aparece una reunión de los dioses favorables a Troya, Ares, Afrodita, Artemisa, Apolo y Zeus.

Tesoro de los Sifnios en Delfos  Tesoro de los Sifnios en Delfos

En el friso norte se representa una Gigantomaquia, donde aparece tallada la firma del escultor, que fue borrada. Es evidente que el artífice de este friso no es el mismo que el del oeste y el sur. Los planos se rompen mediante una solución audaz en tres cuartos y agrupamiento de figuras que producen una impresión tridimensional, rompiendo la rigidez arcaica. Aunque la profundidad del relieve no ha sufrido grandes cambios, esta muy influenciado por el altorrelieve de las metopas.

Del friso del oeste solo se conservan tres fragmentos, un fragmento que representa el juicio de Paris, otro representa a Hermes deteniendo el carro de Afrodita, el último representa a la diosa descendiendo del carro. Tanto los caballos como el carro están tratados de perfil y labrados con gran técnica en planos paralelos al fondo que retroceden gradualmente.

Tesoro de los Sifnios en Delfos  Tesoro de los Sifnios en Delfos

Este mismo escultor realizó el del lado sur del que se conservan unas losas que representa un rapto, tal vez el de las hijas de Leucipo o el de Helena. Existen restos de la policromía del friso, así como fragmentos que nos dejan ver que se combinaron elementos de bronce y algunas de las figuras presentaban inscripciones que permitieron su identificación.

Los frisos norte y este se corresponden con el comienzo del arcaico tardío que culminan el en periodo clásico. En ellos se puede apreciar el trabajo de dos maestros, el de los frisos norte y este, posiblemente perteneciera a la escuela jónica, mientras que el otro maestro, posiblemente fuera de la escuela ática.





Bibliografía

- BIANCHI Bandenelli, R. y Paribeni, E.: El Arte de la Antiguedad Clásica, Akal, Madrid, 1985.

- BOARDMAN, John. El arte griego . Barcelona: Ediciones Destino, 1991.

- BOARDMAN, John. Escultura griega del periodo clásico tardío y la escultura en las colonias de ultramar . Barcelona, Ediciones Destino, 2001.

- BOARDMAN, John. Escultura griega: el periodo clásico . Barcelona, Ediciones Destino, 1999.

- CHARBONNEEAUX, J. Martin, R. Villard, F.: Col. El Universo de las formas, La Grecia Arcaica, 1969.

- PIJOÁN, José.: Summa Artis. Historia del Arte, vol. IV, Madrid, Espasa Calpe, 1931.

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DATOS DE LOS AUTORES:

Marc Montijano Cañellas (n. 1978, Vic, Barcelona) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, y Experto en Organización y Gestión de Empresas Culturales por la Universitat Oberta de Catalunya. Tiene una amplia experiencia académica y profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Es fundador y codirector del portal de Arte y Cultura Homines.com.


Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga, España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Directora de la Revista Científica de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.